Tu no eres "Calabatus" pero seguro que estarías orgulloso de serlo

El pasado viernes 2 de agosto, aprovechando el pistoletazo inicial de las Fiestas Patronales en Honor a Nuestra Señora de las Nieves, noventa y cuatro membros de una misma familia celebraron una cena en el Restaurante Los Rosales de La Bóveda de Toro, en la que hasta cuatro generaciones, pertenecientes a seis ramas distintas, tuvieron su representación.

Lo curioso del encuentro fue que, a diferencia de otras cenas familiares al uso, lo que motivó dicha reunión fue el apodo familiar que los descendientes han ido heredando con el paso de los años y que, lejos de constituir una afrenta, tal y cómo podría considerarse en sus inicios, a día de hoy se ha convertido en un nexo de unión que identifica a todos los integrantes de la genealogía.
Calabatus, que es el nombre en cuestión, ya no es un simple apodo sino también una seña de identidad de la que se sienten orgullosos, un apelativo cariñoso que define una forma de ser y de sentir, además de servir de recordatorio para los que ya no están. La información que consta sobre el origen y significado de tal mote es escasa e imprecisa, aquellos que podrían hablar al respecto hace tiempo que descansan en paz...
En la celebración no faltaron emotivos discursos por parte de algunos de los organizadores, regalos para las generaciones adultas y una pañoleta verde con la leyenda Yo soy Calabatus, escrita en letras blancas. La idea, que por cierto surgió a raíz de una fotografía realizada por algunos miembros más jóvenes de la familia, tuvo tal aceptación que ha sentado precedente, y ha motivado que se acordara por unanimidad que este "I Encuentro Calabatus" fuera el inicio de una larga tradición en años venideros.
Tampoco faltaron las fotos de grupo, organizadas por generaciones, y un árbol genealógico que precisó de cuatro pliegos de papel separados para poder dar cabida a todos los miembros de la familia, algo que debió suponer un arduo trabajo pues, aunque el número de asistentes rozó el centenar, aún hubo bastantes que no pudieron estar presentes.
La fiesta continuó por las calles del pueblo, donde la "marea verde" de pañoletas se hizo notar en bares y terrazas, en la plaza de toros, en las peñas y bodegas y en la plaza del ayuntamiento.
Aquella noche no hubo un solo Calabatus que no se sintiera orgulloso de serlo.calabatus1.jpgyo_soy_calabatus.jpg

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