Iniciarán un largo y angosto camino a través de los campos de la provincia, por cañadas reales, por la llamada cañada zamorana o la de la plata, hasta Linarejos, más tarde agrupados con más compañeros de camino subirán por las sendas y cañadas por pasos ancestrales que recuerdan que las tradiciones siguen manteniéndose al menos en casa de los Leal, que padre con 61 años e hijo con 25 mantienen este cometido.
Desde Gallegos del Campo, desde Pobladura, desde el Poyo y otro desde Vega los pastores con sus ovejas y sus perros, también con sus burros en muchos casos, harán el camino hasta las sierras de Segundera y Porto. Antes iban solo hasta Linarejos nos contaban, pero el buen pasto está en la montaña y hacia allí se dirigen campo a través y por las cañadas reales y vías pecuarias de la provincia de Zamora. Habrá que cortar incluso carreteras para que los animales transiten con seguridad y el aviso a la Guardia Civil tendrá que ser constante, un cometido complicado y meticuloso que cada año se realiza en la provincia de Zamora.

En total en España hay del orden de 13 registradas y son miles de kilómetros de estas vias las que ayudan a los pastores trashumantes a realizar su ardua y dura labor para que sus animales mantengan sus estándares de calidad en un marco de legislaciones cada vez más exigente.
"En cuatro días el pasto se ha quemado por el sol y las ovejas tienen que seguir comiendo" nos cuenta Jose Ángel que compatibilizará la ida y vuelta con las labores de recolección que ahora son también importantes en casa.

El apoyo de un remolque y varios coches ayudarán a que los avatares del desplazamiento sean más livianos. Antiguamente las cosas eran de otra manera, los pastores llevaban en sus atillos comida para unos días y compraban a otros agricultores las viandas cuando se les acababa lo que llevaban aunque siempre había quien ofrecía parada y fonda. Las noches al raso y tormentas, los calores insoportables y fríos de la sierra son lo que les espera en este camino que comienza hoy. Recientemente marcadas las ovejas de los Leal ya están de camino a los pastos de la sierra sanabresa.
Ahora el ganadero ovino de la provincia tiene más medios pero sufre los problemas de unos tiempos, que ya no son lo que eran.
2024 sigue siendo año para la trashumancia en la provincia de Zamora que es una de las que más cabaña ovina tiene de España, a tres cabezas por persona se apuntaba hace años que había ahora la proporción seguro que es mayor ya que hay menos habitantes, nada que ver con la cabaña de Nueva Zelanda que es la que más cabezas posee en su haber a razón de seis por humano.
Las tradiciones se mantienen y la dura vida del ganadero ovino deja a familia en casa para conseguir que sus ovejas pasten en mejores lugares y se mantengan sanas respirando también el aire de la alta Sanabria hasta mediados de septiembre, meses que serán de buen camino para los animales, pero de dificultad para sus dueños. Se juntaran en el campo a paso de oveja y junto con los vecinos de otras localidades para realizar un desplazamiento centenario
Los Leal salen hoy con sus más de 900 ovejas en búsqueda de mejores pastos y fresco para sus animales que sufrirán temperaturas muy altas en su camino hacia la sierra del norte de la provincia.
Sobre las cañadas reales
Reguladas por edicto real de Alfonso X el Sabio en 1273. Si bien los caminos trazados por las cañadas luego conocidas como reales eran recorridos usados desde el antiguo por el pastoreo trashumante, el decreto de Alfonso X perseguía la regulación, ordenación y protección de ciertos caminos que por su importancia, uso o ubicación merecían ser preservados de posibles violaciones. Así, junto con la creación del Concejo de la Mesta, quedaron definidas las cañadas reales.
Una cañada real debía tener una anchura de 90 varas castellanas (72,22 metros) y tenían la característica de ser trazados de muy largo recorrido (más de 500 km) y discurrir principalmente en dirección norte–sur con las lógicas limitaciones que impusiera la geografía. Con la regulación real, quedaba asimismo prohibido el recorte que realizaban comúnmente los propietarios de fincas colindantes mediante el movimiento de mojones. De alguna manera se facilitaba el paso de los pastores con el ganado y así se evitaban enfrentamientos de paso, que aún hoy día hay lugares donde de aquellas medidas nada y de aquellos derechos lo mismo.

La visión bucólica de las ovejas por el paseo de la Castellana en Madrid, o el paso por Puebla de Sanabria, cumple en este 2024 606 años de tradición, un número capicúa que esperemos aumente y se mantenga a lo largo de siglos ya que al menos así tendremos claro que aunque la España vaciada sea un mito para muchos, la realidad es otra.
Gracias a tantos y tantos pastores y ovejas la población puede comer y aunque los piensos y la ganadería estén en decadencia está claro que ellos son los verdaderos artífices del mantenimiento de las razas, las tradiciones, los quesos, los corderos, las viandas que tanto bien sabemos degustar pero poco apreciamos en el esfuerzo de estos verdaderos cuidadores de las especies y de sus semejante.
