La Virgen de la Luz, protectora de la vista, es la Señora que espera a los miles de fieles de ambos lados de la raya para esta tarde celebrar la Eucaristía al aire libre en la ermita que da nombre a la virgen.
Los numerosos puestos de la feria que se organiza en las laderas de la montaña donde está situada la ermita, han visto de nuevo como las inclemencias del tiempo ponían difícil su instalación, pero la gran cantidad de visitantes llegados en coches y autobuses hacían bueno el refrán de "a mal tiempo buena cara". Un viento frío y muchas nubes no eran obstáculo para los miles de visitantes que se han acercado y lo seguirán haciendo a lo largo de la tarde a Moveros.
Los actos religiosos se iniciaron ayer en la tarde en la freguesía de Constantim, cuyos feligreses suben en una emotiva, y a la vez sencilla procesión, hasta la ermita acompañando a la Virgen de la Luz, donde han pasado la noche.
Hoy domingo, y desde primeras horas de la mañana, la cofradía portuguesa de Nossa Senhora da Luz daba buena cuenta de la tradición abriendo las puertas del pequeño templo facilitando el continuo peregrinar de visitantes. Vecinos llegados de ambos lados de la raya de todas las edades y condiciones sociales, acuden a orar y pedir favores a la Virgen, situándose bajo su protección.
Esta mañana la Virgen quedaba expuesta al aire libre no como en otras ocasiones para evitar así las grandes colas y aglomeraciones que se producen en el momento de la apertura del templo. Aún así y con la climatología adversa la llegada de miles de peregrinos es notable. España y Portugal se vuelven a hermanar en lo religioso y en lo comercial. Las personas vuelven a la Luz y los fieles en muchos casos han optado por la mascarilla aunque en ambos países no es necesaria ni obligatoria.
Y los precios parece que han subido también ya que de los 30 pares de calcetines a 5 euros han pasado a los 12 pares a 5 euros, la cosa no pinta bien.
La Guardia Nacional Republicana (GNR) y la Guardia Civil regulaban el tráfico así como los servicios de Protección Civil de Alcañices del lado español se encargaban de acomodar a los cientos de vehículos que no han parado de llegar a la zona desde primeras horas de la mañana.
