El precio de un acuífero, la lucha de muchos vecinos de Zamora contra el biogás

En cuanto a las compensaciones económicas prometidas, las experiencias de otras localidades con plantas similares no generan confianza. Los impuestos finales recibidos por los municipios suelen ser mínimos en comparación con lo prometido inicialmente
manifestación contra la planta de biogás en Santibáñez de Vidriales  (1)
photo_camera manifestación contra la planta de biogás en Santibáñez de Vidriales (1)

El pasado martes, representantes de la empresa Biorig visitaron la localidad para presentar los supuestos beneficios de la planta de biogás que proyectan instalar. Sin embargo, su exposición ha generado más preguntas que respuestas entre los vecinos y plataformas medioambientales.

La charla, presentada como un acto informativo, omite detalles cruciales que impactarían directamente a la salud y el medio ambiente de la zona.

Biorig aseguró que los residuos procesados ​​se limitarían a un radio de 25 kilómetros, pero esta afirmación choca con la realidad: no hay suficientes residuos ganaderos en ese perímetro. Esto deja dos escenarios posibles, ambos preocupantes: ampliar la radio de recogida a distancias mayores, con el impacto del transporte constante, o fomentar la instalación de macrogranjas en la provincia, con sus efectos conocidos en el medio ambiente y la calidad de vida.

La empresa afirmó que no habrá emisiones tóxicas desde las chimeneas, pese a los avisos de técnicos medioambientales sobre el riesgo de gases perjudiciales. Además, aseguraron que los residuos procesados ​​serán purín, estiércol y paja, pero el propio proyecto menciona lactosuero y restos agroalimentarios. Aunque niegan que se procesen residuos urbanos o lodos, las palabras no han convencido a los vecinos.

Sobre los olores, aunque prometieron vehículos herméticos para el transporte, eviten mencionar los olores persistentes que podrían emanar de los desechos y extenderse por amplias zonas agrícolas.

La construcción de una balsa de 34.000 m³, descrita en el proyecto, fue minimizada en la charla, comparándola con la de una pequeña granja de 100 chotos. Las cifras reales contradicen esta comparación, aumentando la preocupación sobre posibles filtraciones que podrían contaminar acuíferos de valor incalculable para la provincia.

En cuanto a las compensaciones económicas prometidas, las experiencias de otras localidades con plantas similares no generan confianza. Los impuestos finales recibidos por los municipios suelen ser mínimos en comparación con lo prometido inicialmente.

Desde las plataformas Stop Biogás Zamora y Stop Biogás Cubo del Vino, la postura es firme: la instalación de esta planta representa un riesgo inaceptable para el medio ambiente, la salud y el futuro de la provincia.

“El agua, el aire y la tierra no tienen precio. ¡Zamora no se vende!” , concluyen en un comunicado dirigido tanto a los vecinos como a las autoridades locales y regionales.

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