"Las ayudas por parte de la Junta de Castilla y León van a llegar, sin duda". Tras las declaraciones realizadas por el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, de activar un paquete de ayudas a los ganaderos afectados por el impacto de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en la región, este lunes la delegada territorial de la Junta en Zamora, Leticia García, ha confirmado que se espera que en un breve periodo de tiempo se puedan concretar.
En este sentido, García ha recordado que el Ejecutivo regional permanece a la espera del Ministerio de Agricultura en funciones que "ni siquiera ha llegado a establecer unos criterios para desarrollar y actuar frente a esta enfermedad". Por su parte, las Organizaciones Provinciales Agrarias solicitan que se garanticen los fondos para dichas ayudas equiparándolas con las de Andalucía: "Es lo más comparativo y estamos por la mitad del presupuesto con respecto a ellos".
En este sentido, las OPAS soliciten que se involucre el propio presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para que apueste por dotar a la Consejería de partidas presupuestarias extraordinarias para que haya "ayudas importantes" que puedan garantizar la viabilidad de las cabañas afectadas.
"No hay de momento cantidad ni cómo se va a hacer". En este sentido, recuerdan que Castilla y León es una de las CCAA más afectadas -especialmente en las provincias de Zamora, Salamanca y Ávila-, hasta el punto de concentrar un número superior a todo Aragón, Cataluña, Galicia y toda la cornisa cantábrica junta. "Es un caso excepcional al que debe darse respuesta".
Preocupan no sólo las ayudas para paliar las bajas entre las cabezas de vacuno muertas que en Zamora ya se elevan a las 732 -más de 30 en la ganadería de intensivo de leche- y más de 6.000 a nivel regional, sino también el ganado que queda tocado. Abortos, caso de infertilidad, ceguera y descenso en la producción de leche son sólo algunos de los casos registrados. "Pediremos ayudas, no sabemos ni cuánto ni como pero ayudas tiene que haber sobre todo para las explotaciones con una repercusión mayor".
Desde las opas solicitan al Ministerio de Agricultura para que "tome la iniciativa" de cara a impulsar la investigación y el desarrollo de una vacuna a nivel europeo. A día de hoy y sin vacuna para frenar el avance de la enfermedad causada por el vector Culicoides, las medidas se limitan al control mediante el empleo de insecticidas y repelentes, medios de transporte e instalaciones, así como el uso de insecticidas y larvicidas para el control de las posibles zonas de cría.
Pese a la llegada del frío, las previsiones pasan por nuevos casos hasta bien entrado el mes de noviembre y con un impacto que volverá a acentuarse con la vuelta del calor, tal y como confirman los veterinarios y expertos: "Esta enfermedad ha llegado para quedarse".
