Fonfría es solo un ejemplo más. Son muchos los municipios zamoranos que se han quedado sin entidades bancarias tras una política de cierre que afecta a una de las provincias con mayor dispersión geográfica.
De hecho, más de un 25% de zamoranos debe recorrer una distancia considerable para sacar dinero en efectivo al no disponer de un punto tradicional de acceso al efectivo en un radio de cinco kilómetros, según los datos de el Banco de España.
Zamora es una de las provincias más afectadas de toda España y a esa relación se suma desde hace pocas semanas la sucursal de Unicaja en Fonfría, tras el cierre de la de Moralina.
La decisión del grupo malagueño obliga a los vecinos de este pueblo de Aliste a acudir a Alcañices para encontrar la entidad más cercana, lo que supone recorrer unos 20 kilómetros para recibir la atención que empezó siendo diaria y acabó con la apertura de la oficina una vez a la semana antes de cerrar sus puertas.
Desde principios de agosto, en el municipio alistano no queda ni rastro de esta entidad. Su desmantelamiento se ha producido en pocos días y ni siquiera queda un cartel o un aviso en la puerta del inmueble que recuerde que el local albergó un día una sucursal de Unicaja.
Ahora, la única opción para los vecinos de Fonfría y pueblos cercanos como Brandilanes, Pino o Castro de Alcañices, la mayoría de avanzada edad, es acudir a la única oficina de que dispone Caja Rural en el municipio o viajar hasta Alcañices en su vehículo o en autobús.