El campamento de Doney, en la provincia de Zamora, acoge este verano a más de 300 niños y niñas distribuidos en cuatro turnos entre los meses de julio y agosto. A esta cifra se suman más de 40 monitores encargados de la organización, dinamización y cuidado de los participantes durante su estancia.
Solo durante el mes de julio, más de 200 menores ya han pasado por estas instalaciones al aire libre. Actualmente, se está desarrollando el tercer turno con los grupos de menor edad, y próximamente comenzará el cuarto y último turno, que acogerá a 70 jóvenes.
El campamento, que se realiza en un entorno natural, ofrece una programación variada centrada en actividades lúdicas, educativas y de convivencia. Se organizan juegos, dinámicas grupales, excursiones y talleres orientados al desarrollo personal y al trabajo en equipo.
Durante el segundo turno, que finalizó el pasado domingo, la coordinación estuvo a cargo de José Toribio, junto a un equipo de monitores que gestionó las actividades diarias y la atención a los acampados. El modelo de funcionamiento se basa en la convivencia en tiendas de campaña y en un entorno natural que permite el contacto directo con el medio rural.
Además de las actividades, el campamento fomenta valores como la autonomía, la cooperación y el respeto al entorno. Muchos de los participantes más veteranos manifiestan su interés en formar parte del equipo de monitores en futuras ediciones.
El campamento de Doney se ha consolidado como una de las propuestas estivales con mayor trayectoria en la provincia, con una amplia participación tanto de menores como de jóvenes voluntarios, y una estructura organizativa que permite garantizar la seguridad y el aprovechamiento educativo del tiempo libre.
