El periodista sayagués, José Martín Barrigós, asegura que instituciones y asociaciones deberían movilizarse para que el nombre de la presa de Almendra pase a albergar el nombre del desaparecido municipio de Argusino de Sayago.
Tras presentar su libro "Mítico Sayago" en la sala de honor del Circulo de Recreo de Valladolid, el periodista se emocionó al traer a la memoria el recuerdo del pueblo desaparecido bajo las aguas del pantano entre 1969 y 1971, fechas en las que el agua comenzó a cubrir los restos de las casas y de la iglesia de Santa María Egipcíaca, datada del siglo XV.
"Aquí presentes, dolorosos ejemplos vivos de una debacle no tan antigua, tenemos a antiguos pobladores y descendientes de Argusino de Sayago, desaparecido bajo las aguas del embalse de Almendra, que siguen derramando lágrimas y lamentando la irreparable tropelía de este tipo que padecieron en 1967, si bien subsistirá siempre en sus corazones y en la memoria de sus hijos, generación tras generación". Lágrimas que derramó el propio periodista ante una sala que se llenó hasta cubrir el aforo máximo y de la que abandonó con un propósito más que claro.
"Tenemos que reivindicar mínimo, que el embalse incluya el nombre de Argusino pasando a ser Argusino-Almendra", asegura Martín Barrigós, que recuerda que en casi todos los pantanos de España "llevan el nombre de los municipios que se inundaron" en reconocimiento al sacrificio de sus gentes y de la propia tierra.
Una propuesta que en su día ya intentó la asociación cultural Argusino Vive y que continúa siendo a día de hoy una de sus máximas aspiraciones para lograr que el nombre del pueblo no desaparezca bajo el agua. En todo caso, Martín Barrigós asegura que "la unión hace la fuerza" y con argumentos, hay que intentarlo implicando a los alcaldes de la zona, o por lo menos de los territorios que también se vieron afectados por la construcción del embalse y la pérdida de terreno.
"Esa bandera la tienen enarbolada ya en su corazón los argusinejos, pero no hay que dejarlo y tenemos que impulsarlo entre todos y con la fuerza de todas las asociaciones e instituciones". El periodista sayagués asegura que tan sólo está "tirando la piedra" para animar de nuevo a aunar voluntades y tratar de lograr justicia finalmente no para el pueblo de Sayago, sino para Sayago mismo.
El contexto en el que surgió esta idea fue al término de su presentación, en el que el periodista hizo un llamamiento a la reflexión con motivo del proyecto del parque eólico que se prevé instalar en buena parte de la comarca.
"Y, para terminar, permítanme que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que estamos en la capital de la Autonomía, me atreva a solicitar un premio que llevo años deseando, sin haberlo conseguido y que ojalá pueda lograrlo con este libro. //
El premio es //que mis paisanos los sayagueses crean en sí mismos /y en los recursos y oportunidades de progreso que tiene Sayago /y que, todos a una, unidos, planifiquen / con conciencia de comarca /aquellos objetivos de desarrollo que se asienten sobre los cimientos de sus vernáculos y genuinos recursos: la ganadería extensiva con sus derivados y la heredada ruralidad de sus pueblos y paisajes, tan sugestiva hoy para turistas y visitantes, renunciando definitivamente al trampantojo de reconvertir sus montes en terreno industrial para que las multinacionales extranjeras se enriquezcan a cambio de míseros donativos a las arcas municipales.
Aquí presentes, dolorosos ejemplos vivos de una debacle no tan antigua, tenemos a antiguos pobladores y descendientes de Argusino de Sayago, desaparecido bajo las aguas del embalse de Almendra, que siguen derramando lágrimas y lamentando la irreparable tropelía de este tipo que padecieron en 1967, si bien subsistirá siempre en sus corazones y en la memoria de sus hijos, generación tras generación.
Con ellos y con otros muchos que luchan por impedir actualmente para impedir que semejante desastre se reproduzca con el megaparque eólico proyectado en el corazón de la comarca, llamo a rebato y grito:
“¡Otra vez en Sayago, NO!”
