La Asociación de Pueblos Unidos se ha concentrado en la localidad de Tábara para protestar contra las macrogranjas, una lucha que lleva años para la asociación que pide a los Ayuntamientos que se unan a su causa.
Tábara ha sido la localidad protagonista de una nueva protesta de los vecinos de diferentes pueblos contra las macrogranjas. En esa lucha la Asociación de Pueblos Unidos quiere evitar la concentración de un sector cada vez más industrial y masivo.
En el comunicado que han leído en la concentración del domingo, la asociación se reafirma en su postura de que el objetivo de estas grandes granjas es "invertir en este lucrativo negocio sin asumir la responsabilidad de gestionar adecuadamente los residuos que producen".
A continuación se facilita el comunicado íntegro de la Asociación de Pueblos Unidos:
"Una vez más, convocados por la Asociación Pueblos Unidos, nos reunimos aquí la vecindad de los pueblos de la comarca de Tábara para seguir diciendo que no queremos que grandes explotaciones porcinas sigan apareciendo en nuestro territorio.
Hoy estamos aquí en Tábara porque sabemos de las pretensiones del capital inversor, que no deja de buscar lugares de la España vacía, donde nadie le ponga pegas para montar su industria porcina
Quieren invertir en este lucrativo negocio sin asumir la responsabilidad de gestionar adecuadamente los residuos que producen, llamados purines, a los le han dado el grado de fertilizantes. Y con ello embaucan a agricultores prometiéndoles abono gratis.
¿Desde cuándo nos regalan algo?
Los purines no son un abono al uso. Y cuando se multiplican exponencialmente al proliferar las macroexplotaciones porcinas es imposible gestionarlos bien. Si dejamos que el sector porcino lleve a cabo sus planes, nuestros pueblos quedarán sin vida.
En un artículo de El Mundo (9 de abril de 2018) el presidente de la Federación de Porcino de Castilla y León declaró que solo estamos al 15% de producción de todo el potencial que tiene el porcino en nuestra Comunidad, de modo que aún le queda mucho recorrido, ya que tenemos las mejores condiciones para que este sector crezca al máximo porque hay mucha tierra para echar purines.
También hay mucha tierra en Cataluña y tienen ahora un 43% de los acuíferos contaminados.
Los purines ni se han gestionado, ni se están gestionando, ni se van a gestionar de manera que no dañen al medio ambiente, ya que destruirán nuestros recursos naturales que son la mayor riqueza que tenemos.
Queremos tener agua potable, queremos abrir las ventanas y respirar aire limpio, queremos conservar la fertilidad de la tierra que ha mantenido a tantas generaciones. No tenemos derecho a desvitalizar el suelo de tal manera que deje de ser terreno productivo.
No son creíbles las razones del sector porcino, al que sólo le importa la máxima producción de carne, sin importar el daño que produce a otros sectores económicos y a la salud de la población.
Aunque los dos sindicatos agrarios mayoritarios dijeron que la granja de Pozuelo no contaminaba porque solo era una, sabemos, al igual que está pasando en otras zonas, que no basta con una. Son varias por pueblo. La industria cárnica no tiene límite.
Es un peligro para todos este crecimiento desordenado, guiado solo por la máxima producción. La zona rural necesita inversiones, claro que sí, pero inversiones sostenibles, relacionadas con el medio, que creen trabajos digno y no destrocen el territorio como lo hace la ganadería industrial.
España es el primer productor europeo de porcino, ya ha sobrepasado a Alemania, y el tercero mundial, después de China y Estados Unidos.
Y dentro de España, después de Aragón y Cataluña, nuestra comunidad ocupa el tercer puesto de producción. Tal como anuncian los promotores del sector porcino, en poco tiempo, hasta podemos pasar al primer puesto.
NO queremos que Castilla y León sea colonizada por los cerdos. No queremos que nuestra provincia siga aumentando la producción porcina. Y especialmente no queremos que esta comarca de Tábara pierda sus recursos naturales porque empresas sin escrúpulos monten estas factorías porcinas, que ya poco tienen que ver con la ganadería.
Este crecimiento, cada vez mayor, del número de cabezas por explotación supone el fin de la ganadería familiar. Y esto es muy grave para las zonas rurales.
Ahora, si no es una macroexplotación no hay otra posibilidad. Cada vez la presión es mas fuerte sobre los ganaderos porque el manejo del sector no pertenece al que cuida los cerdos y reparte los purines, sino a las integradoras y grandes empresas cárnicas que son las que manejan el mercado. Ante riesgos como fluctuación del mercado, declive de exportación o peste porcina, se lavan las manos teniendo que pagar como siempre los de abajo.
Así que compañeros, aquí estamos para hacer piña frente a este crecimiento anómalo de la ganadería industrial. Es importante queentendamos el problema y entre todos podamos hacerle frente. No se trata de unos contra otros. Todos somos habitantes de este territorio y debemos cooperar para protegerlo pues dependemos de él. Y por otra parte, no hay que olvidar que somos seres interdependientes, que necesitamos unos de otros. No permitamos que este problema nos enfrente
La contaminación que producen estas explotaciones industriales es muy grave e irreversible. Hoy día oímos hablar y sentimos lo que puede ser el cambio climático. Sabemos que hay que cambiar cosas para frenar el aumento de la temperatura, y que no hay mucho tiempo.
Pues empecemos frenando esta proliferación de la ganadería industrial pues ella es responsable del 14,5% de la emisión de gases de efecto invernadero, tanto como los emitidos por el transporte.
Por otra parte, no olvidemos que estamos en zona de secano y el agua es finita. Dicen que las épocas de sequía serán cada vez mas largas. Tenemos el deber de cuidar el agua. La industria porcina gasta mucha y además la contamina.
¿Os habéis imaginado la pérdida que supone no tener agua potable?
¿Abastecimiento con cisternas?
¿O potabilizadora que tendrá que pagar el Ayuntamiento, mientras quien ha contaminado se lava las manos?
Hay que examinar con lupa la publicidad del sector porcino, que con la prepotencia de los poderosos, habla de sostenibilidad, de bienestar animal y de progreso ¡para ellos claro, para nuestros pueblos, la ruina.!!!
Así que desde esta plaza de Tábara decimos bien alto que en nuestra comarca no queremos este tipo de ganadería, que ni se merece el nombre.
Ganadería sí pero de calidad, extensiva, adecuada al territorio y ligada a otros sectores económicos.
Y lo más importante, nuestra salud. Si ya tenemos problemas con la asistencia médica en las zonas rurales, la ganadería industrial trae parejo otro problema sanitario en zonas con alta densidad porcina. Está demostrado que se agravan los problemas respiratorios por la carga de amoniaco en el aire y micropartículas procedentes de este tipo de ganadería.
Además, el problema de resistencia a los antibióticos. Recientes estudios de investigación han puesto de manifiesto la rápida adaptación al ser humano de este tipo de bacterias resistentes y su frecuencia cada vez mayor en los hospitales españoles, especialmente en las zonas con alta densidad de ganado porcino (Investigadoras del grupo Resistencia a los a Antibióticos, Seguridad Alimentaria y Salud Pública de la Universidad de la Rioja).
Desde la Junta seguirán pasando por alto el problema medioambiental, y dando licencias porque cumplen la ley en el papel, no en la práctica, como bien sabemos.
Seguiremos adelante con esta lucha, con nuestra resistencia, insistencia y contando con los nuevos ayuntamientos y concejales, que entienden el problema, y que van a hacer todo lo posible para frenarlo, para proteger a sus pueblos y a sus habitantes.
En este sentido felicitamos al equipo del Ayuntamiento de Tábara por su posición clara y contundente frente al problema de la ganadería industrial porcina.
Y de nuevo, pedimos a los organismos competentes que de una vez por todas tomen en serio este problema y paralicen este crecimiento desmesurado del sector porcino industrial para hacer una planificación estratégica del sector".