El Consorcio de Promoción del Ovino pasa de la promesa a la decepción en Zamora

La mayor cooperativa de ovino de leche de Europa enfrenta una crisis tras siete años de gestión fallida
Rebaño de Ovejas Archivo
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En 2016, la provincia de Zamora se vio envuelta en una gran iniciativa con la creación del Consorcio de Promoción del Ovino (CPO), fruto de la fusión de cinco cooperativas de ovino de Castilla y León. Este proyecto, que aspiraba a convertirse en la mayor cooperativa de ovino de leche en Europa, prometía transformar el sector ovino en Zamora, aportando mejoras en la comercialización de leche y lechazos, así como en la calidad de vida de los ganaderos locales.

Sin embargo, desde el inicio surgieron problemas, como la negativa de tres cooperativas clave a formar parte del CPO. A pesar de las dificultades, el consorcio llegó a manejar cifras importantes, comercializando millones de litros de leche y lechazos, lo que le otorgaba una posición de gran influencia en el mercado.

Con el tiempo, la gestión del CPO se deterioró. La falta de equipos de trabajo, la opacidad en la toma de decisiones y la falta de transparencia en los contratos causaron una pérdida de confianza entre los ganaderos y técnicos. La ilusión inicial fue reemplazada por frustración y descontento. Zamora, que había depositado grandes esperanzas en este proyecto, comenzó a experimentar los efectos negativos de estas deficiencias.

En siete años, el CPO perdió el 55% de la leche que comercializaba, el 90% de los lechazos y el 50% de los insumos. Esta caída afectó seriamente al sector agroalimentario de Zamora, mientras se desmantelaba un servicio clave de apoyo a los ganaderos, agravando la situación del proyecto.

Lo que comenzó como una oportunidad histórica para revitalizar el sector ovino en Castilla y León terminó en una decepción. La mala gestión y falta de visión han llevado a la pérdida de un proyecto que pudo haber dinamizado la economía rural y rejuvenecido el sector ganadero.

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