Una oleada de solidaridad que nace en las cocinas y establecimientos de Sayago para celebrarlo en un ambiente de comunidad. Más de un centenar de vecinos de los 18 municipios agrupados a cargo del sacerdote Juan José Carbajo han tomado parte en una Operación Bocata al margen del calendario oficial y que ha logrado crear una auténtica cadena de cooperación para contribuir con la labor realizada por Manos Unidas.
“Aunque la Operación Bocata tiene un día propio -9 de febrero-, las condiciones que nosotros teníamos no nos lo permitía. Al fin y al cabo, lo importante es sumarse a esta caravana de la solidaridad”. La plaza Requejo en Bermillo de Sayago se erigía así este pasado jueves en epicentro de ese espíritu de cooperación y fraternidad para repartir el bocata previo donativo de 3 euros.
“Todo lo que damos con el bocata nace de la generosidad de todos los vecinos, voluntario y empresarios”. Una generosidad que dona, pero que también se encarga de la elaboración y reparto de los propios bocadillos y que permite reunir a los habitantes de Bermillo con los de Argañín, Badilla, Cozcurrita, Fadón, Fariza, Fresnadillo, Gáname, Luelmo, Mámoles, Monumenta, Muga, Palazuelo, Pasariegos, Tudera, Villamor de la Ladre, Villar del Buey y Zafara.
“Están muy concienciados de que aunque son diferentes pueblos, el equipo que formamos es único. Al igual que el coro se junta para cantar en las fiestas y va rotando por las parroquias, se extrapola al resto de iniciativas”.
Una llamada a la que la comunidad cristiana invitó también a los escolares del municipio que pudieron disfrutar de los bocatas y escuchar la lectura del manifiesto que busca la empatía con las comunidades más desfavorecidas. El CEIP Nuestra Señora de Gracia sumó fuerza con más de 80 alumnos y sus 12 maestros que pusieron la guinda a una jornada de unión y ayuda.
