sábado. 20.04.2024
Concentración de bomberos frente a la Diputación. Foto de archivo
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Ante la propaganda y el sacar pecho, verdad absoluta, con datos y pruebas, no con palabras sin fondo, eso es lo que piensan y comunican ya desde hace ya seis meses los bomberos mal denominados "díscolos" del Consorcio Provincial de la Diputación de Zamora.

Ahora quizá y tras cinco meses de protestas que se cumplen en este mes, los mal llamados "terroristas" vuelven a tomar la plaza de Viriato este martes. De nuevo sin bandera política por mucho que se quiera achacar a algún partido la oportunidad, que siempre lo hacen desde uno u otro  lado y sin querer que los partidos se aprovechen de una situación que hoy por hoy los deja en un momento de apoyo de todos y cada uno de los bomberos de Castilla y León a los bomberos del ente provincial. Todos unidos tienen en cuanto se pueda una cita en la Plaza de Viriato para reivindicar, con una concentración más numerosa y con efectivos llegados de toda la Comunidad y de otras limítrofes, los derechos de sus compañeros, una piña de personas que salvan vidas y por las que hay que tener al menos respeto.

El Caso Bomberos del Consorcio

Las pesquisas de este medio han hecho mella en toda la maquinaria tanto propagandística como de adulación pagada de aquellos que tienen mucho que ocultar por las corruptelas y prevaricaciones, que han sido su arma fundamental de actuación en los cargos ocupados a dedo en muchas ocasiones. En la soberbia absurda de sus personalidades que ocultan la falta de escrúpulos y un ego más que feroz están sus pozos sin fondo.

El Consorcio de Bomberos de la Diputación de Zamora no ha solucionado aún un problema enquistado ya en los 18 años de andadura, y agravado en los seis últimos meses. Sus mandatarios políticos y cargos nombrados a dedo vuelven a dejar pasar una oportunidad de oro para poder solucionar un verdadero enmarañamiento de problemas de organización, de lapsus y lagunas que ponen en vergüenza un servicio, en el que la solución tiene fácil arreglo y se llama transparencia, trabajar y dejar de aparentar que se trabaja.

18 años de feudalismo en muchos casos y desastre organizativo en este negociado del ente provincial que tiene como máximo responsable al presidente de la Diputación y que ha tenido en estos meses una denuncia de los bomberos: el amaño de oposiciones, el regalo de cursos por parte de al menos dos representantes de la Mancomunidad Tierras de Aliste, que están siendo investigados por la Guardia civil y la fiscalía y que llevaron a una denuncia de los trabajadores del parque de bomberos ante irregularidades que son más propias de una organización mafiosa, que de una honorable organización de municipios que luchan para que Aliste salga adelante, sin corruptelas ni pago de favores a señores feudales. Capos de pueblo a quien todo el mundo conoce y que intentan campar a sus anchas creyendo que ellos son la ley y el orden, siempre en poblaciones amedrentadas, siempre bajo eso, bajo la amenaza y la coacción de capos, que no de señores políticos que se vistan por los pies.

Descubrimos la denuncia de los bomberos a los que les "regalaron" seis cursos, también que las llamadas echas desde teléfonos de servicios de emergencia sirvieron para conspirar, para amañar oposiciones, para insultar a profesionales y sobre todo para organizar hasta la saciedad puestos de mando y servicios al antojo de quién no es de su cuerda.

Nos han enviado burofaxes, tanto desde la Mancomunidad Tierras de Aliste, como de parte de los abogados de los señores Mendieta y González con la intención de amedrentar a este diario pidiendo retractos y borrado de artículos, todos ellos por sacar a la luz verdades que esperamos la justicia corrobore y la sociedad sea capaz de entender, que claro tenemos que entienden, ya que con las pruebas y la verdad por delante todo llegará a buen puerto.

El trabajo propagandístico de sacar pecho sobre el Consorcio, mostrándolo como uno de los mejores de España, choca con las protestas de los bomberos que llevan pidiendo ayuda y justicia en la puerta de la Diputación de Zamora en la Plaza de Viriato. Ya desde hace unos meses el soniquete frente a la Diputación sin que sean escuchadas sus reivindicaciones ni por el presidente del Consorcio ni por el de la Diputación, -responsable final de todo lo que tiene que ver con estos negociados- lleva a esta nueva entrega de apenas un minuto donde parece ser que la connivencia es manifiesta, Paco, y Ana parecen ser más amigos de lo que aparentan al menos por lo que la conversación entre Óscar González y Mendieta cuentan eso si desde un teléfono de emergencias que tuvo ocupada la línea al menos 35 minutos.

Presunta vergüenza institucional que no tiene más que un sentido y una solución, y que tiene que basar la premisa en la negociación y en el apartar del servicio a quien no vale, a quien corrompe un sistema que debía ser ejemplar y limpio en todos los aspectos aunque el resultado no lo es o al menos no parece serlo.

Ya siendo presidente Fernando Martinez Maillo, los bomberos estuvieron encerrados en la Diputación hace años, el colectivo siempre ha luchado por reivindicaciones justas y las han conseguido, en este caso la judicialización del problema puede tardar pero claro está que los bomberos seguirán en sus trece en la puerta del ente.

Bomberos Voluntarios pagados

Queda además, regular ese sistema de bomberos "VOLUNTARIOS" pagados, todo en servicios al antojo de los jefes que miran efectivamente por los "terroristas" de sus compañeros a los que siempre se alaba desde la dirección y se les califica como los mejores del mundo.

Alguien no dice la verdad sobre el servicio y quizá una auditoria externa podría poner luz a este túnel llamado Consorcio, donde tras 18 años todo parece seguir igual, derechos adquiridos, manipulaciones, propaganda y poca transparencia, esa que se supone debe ir acompañando a todas las administraciones sino queremos seguir inmersos en repúblicas bananeras en este caso dentro de un servicio público como el de los bomberos del Consorcio que tiene 35 efectivos que están contratados para salvar vidas.

Contra soberbia humildad, ante propaganda, realidad y pruebas. El Consorcio al descubierto