Tras la marcha en el pasado mes de abril del médico que venía ocupándose de los tres pueblos. Ahora los tres consultorios son asistidos por médicos, cada día distintos médicos, dependiendo del grado de disponibilidad que tengan, y los pacientes normalmente desconocen cúal va ser el médico que les va a atender.
No existe ninguna continuidad. Esto mismo ha sucedido en otras localidades de Ayuntamiento de Galende, y también lo están padeciendo en Ungilde y Robledo.
Esta situación de precariedad asistencial sanitaria se pretende hacer ver como algo transitorio siempre a la espera de una prometida solución definitiva. Pero lo que llegan no son soluciones, sino remiendos y parches, sin que se adopten medidas que eviten de verdad la fugacidad de los profesionales sanitarios de los destinos asignados.
Continúan faltando médicos en Sanabria porque todo apunta a que la JCyL no iguala las condiciones económicas que otras Comunidades Autónomas ofertan, ni establece incentivos similares a los que disfrutan otros empleados públicos de innecesaria presencia en la zona, atendidos los parámetros de despoblación existentes, como por ejemplo el uso gratis de viviendas públicas. No es ninguna novedad que la falta de una asistencia sanitaria digna y de calidad acelera el vaciamiento de los pueblos y genera inseguridades que afectan al bienestar de las personas y limitan las posibilidades de vida en los mismos. No hay derecho a que cuando acudes al médico, te atienda un profesional distinto que no es tu médico de cabecera, sino un médico disponible, cada día uno distinto. Y esto es lo que ahora sucede en Ribadelago, Vigo y San Martín de Castañeda. Y esto es lo que se tiene que solucionar ya.
