La vida de Juana la loca, entre la locura y la lucidez, llena el Ramos Carrión
La obra, una mezcla de amor, desamor, crudeza, dolor y pasión, ofrece un testimonio ficticio pero conmovedor de Juana, hija de los Reyes Católicos, quien fue casada contra su voluntad y, años después, encerrada por 46 años
Este pasado domingo, la lluvia no ha sido un impedimento para que el Teatro Ramos Carrión se llenara de espectadores para presenciar Juana, la Reina que no Quiso Reinar , la aclamada obra de Jesús Carazo. Con más de 300 representaciones en su haber, excelentes críticas y nominaciones en reconocidos premios teatrales, el montaje contó con la actuación de Gema Matarranz, finalista a Mejor Actriz Protagonista, quien encarna con intensidad a Juana I de Castilla, “Juana la Loca”.
La obra, una mezcla de amor, desamor, crudeza, dolor y pasión, ofrece un testimonio ficticio pero conmovedor de Juana, hija de los Reyes Católicos, quien fue casada contra su voluntad y, años después, encerrada por 46 años. Esta decisión, impulsada por el poder político, dejó a Juana prisionera de su destino, enfrentando la “locura” que le atribuían como castigo por anteponer sus sentimientos al deber de reinar.
Gema Matarranz da vida a esta reina incomprendida, atrapada entre el deseo de amar y las intrigas de palacio que la abandonaron en un viaje que cuestiona los límites de la locura y la lucidez. En la puesta en escena, el personaje de Juana aparece rodeado de recuerdos y figuras de su familia: padres, hijos y esposo, presentes en una ensoñación donde su voz resuena entre la resignación y la firmeza de quien sobrevive a quienes le dieron la espalda.