El Teatro Principal de Zamora acoge mañana la representación de la obra 'Barataria', una producción de la compañía castellana y leonesa Teatro Corsario, que está apoyada por la Junta de Castilla y León. Se trata de un proyecto escénico enmarcado en la efeméride del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, que se estrenó el pasado 12 de octubre en Salamanca y se escenificará en todas las provincias de la Comunidad.
La compañía Teatro Corsario se formó en 1982. Su larga trayectoria se caracteriza por un especial tratamiento de los clásicos en lengua castellana que la ha situado entre las mejores compañías de verso. Ha realizado giras por toda España y ha visitado países como Francia, Gran Bretaña, Alemania, Austria, Italia, Portugal, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Polonia, Croacia, México, Colombia, Puerto Rico y Estados Unidos, convirtiéndose así en embajadora de las artes escénicas castellanas y leonesas.
Se trata por tanto de una formación veterana, referente indudable del teatro clásico dentro y fuera de España. Su repertorio y los numerosos éxitos y premios cosechados a lo largo de su existencia avalan la actividad y el buen hacer de Teatro Corsario, la compañía más antigua y reconocida de Castilla y León tanto a nivel nacional como internacional.
La participación de la Junta como colaboradora de la obra 'Barataria' tiene en cuenta, por un lado, la importante labor artística, de desarrollo de públicos y promocional de la Comunidad realizada por la compañía, y por otro lado, que se trata de un evento que se realiza con motivo de la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.
El espectáculo trata de acercarse al pensamiento del escritor en clave de comedia. 'Barataria' conjuga textos del Quijote con otros propios, con la intención de que el montaje se acerque al público actual. Dos guías, siempre paródicas, entrelazan la dramaturgia: por un lado, la historia de los dos protagonistas, don Quijote y Sancho Panza y por otro lado unas escenas, en las que los personajes trasladan aquella realidad (principios del siglo XVII) a la que vivimos ahora. Se utiliza el carnaval en su modelo medieval mirando el mundo del revés.
Dos ideas cervantinas se repiten: cada uno es dueño de sus actos o la responsabilidad individual y la mirada de un loco, don Quijote, respecto a lo que ve y siente. Esta mirada, que nos remite a la imaginación, abre una poética nueva, muy teatral, que facilita el juego escénico: los molinos son gigantes, la ramera Maritornes es una bella princesa.
Las 10 escenas que componen la obra se engarzan con agilidad. Cinco personajes se desenvuelven en otros tantos papeles. El espectador será llamado a imaginar, a reír y a enternecerse en esta 'Barataria' en la que el desengaño, deja una puerta abierta: don Quijote sigue viviendo.