Rusia ha ordenado la expulsión del país de 27 diplomáticos españoles de la Embajada en Moscú y del Consulado General en San Petersburgo a los que ha dado siete días de plazo para que abandonen el país. Se trata de una medida en reciprocidad al realizado en el mismo sentido por España el pasado 5 de abril.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha convocado al embajador de España en Moscú, Marcos Gómez Martínez, para manifestarle su "firme protesta" por la medida adoptada por Moscú así como para comunicarle la expulsión que se trata, en todo caso, de una medida desencadenada a raíz de la invasión rusa en territorio ucraniano y las decisiones adoptadas por España en el marco de la Unión Europea que ha lanzado varias sanciones económicas y ha duplicado el presupuesto de envío de armas a los soldados del país dirigido por Vladimir Putin.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, asegura que esperaban alguna respuesta tras la expulsión de España de 27 diplomáticos rusos tal y como ya había advirtieron sus homólogos rusos al manifestar que "todas las decisiones de este tipo tendrán una respuesta correspondiente".
A su vez, Albares ha justificado la expulsión de los diplomáticos rusos por motivos de seguridad "debidamente justificados", así como en respuesta "a unos crímenes que no pueden quedar impunes y sobre los que se debe realizar una exhaustiva investigación". La expulsión de diplomáticos rusos de España se produjo tras la masacre de civiles en la localidad ucraniana de Bucha.