El Gobierno ha anunciado la creación de grupos operativos centrales en la Policía Nacional y la Guardia Civil para investigar los delitos y discursos de odio. Estas nuevas unidades actuarán coordinadas mediante un sistema integral de seguimiento gestionado por la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio (ONDOD). La iniciativa forma parte del III Plan de Acción contra los Delitos de Odio, que incluye un total de 109 medidas para abordar este fenómeno en España.
El plan tiene un plazo de ejecución de cuatro años, hasta 2028, y cuenta con un presupuesto inicial de 1,4 millones de euros. A diferencia de los planes anteriores, este programa busca reforzar las capacidades operativas de las fuerzas de seguridad, tanto en la investigación como en la prevención de los delitos de odio, abarcando diferentes ámbitos, desde el deportivo hasta los cometidos en internet.
Además de la creación de estos grupos centrales, el plan establece la creación de un Sistema de Coordinación de Investigaciones que permitirá una gestión más eficaz de los casos, especialmente cuando impliquen a distintas unidades policiales. Este sistema también contribuirá a generar más conocimiento sobre los delitos de odio, lo que facilitará su prevención y persecución en el futuro.
El plan también prevé una serie de medidas para mejorar la formación de los miembros de las Fuerzas de Seguridad en la lucha contra los delitos de odio. Asimismo, se contempla un enfoque renovado en la protección de las víctimas, ofreciendo más recursos y apoyo a aquellos que se vean afectados por la violencia discriminatoria. La iniciativa también promueve la colaboración con entidades del tercer sector y organizaciones internacionales para compartir buenas prácticas.
En cuanto a la actuación en el ámbito deportivo, los equipos EVO de la Policía Nacional y REDO de la Guardia Civil se encargarán de investigar los delitos de odio relacionados con el fútbol y otros deportes. Este enfoque se complementa con la actualización de los indicadores para identificar más rápidamente los hechos que puedan constituir discursos de odio, facilitando la intervención de las autoridades de manera más ágil.
