Los médicos informan de cual es mejor jamón de York que debes comprar en el supermercado

jamón York
El jamón de York, aunque no es autóctono de España, ha encontrado su lugar en muchas cocinas debido a su suavidad y su versatilidad para integrarse en cualquier comida del día

La rica variedad de embutidos en España abarca desde el codiciado jamón ibérico hasta el chorizo, la mortadela, el lomo y el pavo, incluyendo una opción conocida como jamón de York. A pesar de la diversidad y las combinaciones culinarias que ofrece, la salud no siempre acompaña a estos productos, especialmente cuando se trata de carnes procesadas.

El jamón de York, aunque no es autóctono de España, ha encontrado su lugar en muchas cocinas debido a su suavidad y su versatilidad para integrarse en cualquier comida del día. No obstante, es esencial distinguir entre el jamón de York y el jamón cocido o fiambre, siendo la diferencia principal la calidad, siendo el primero considerado de mayor calidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado tanto el jamón de York como el jamón cocido como alimentos potencialmente carcinogénicos, es decir, con la capacidad de ser cancerígenos, lo que ha llevado a recomendar la reducción de su consumo.

Un estudio del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) publicado en 'The Lancet Oncology' reveló que cada porción de 50 gramos de carne procesada al día aumenta en un 18% la posibilidad de desarrollar cáncer.

El jamón de York contiene cerca de un 55% de carne de cerdo, mientras que el "jamón cocido" aumenta este porcentaje a alrededor del 70%. Existe también una variante denominada "jamón cocido extra", que puede alcanzar concentraciones de carne entre el 80% y el 100%, priorizando así la pureza del producto.

A pesar de la mayor concentración de carne en el jamón de York y el jamón cocido extra, es fundamental tener en cuenta que siguen siendo carnes procesadas. La recomendación de la OMS es limitar su consumo, evitando hacerlo parte de la dieta diaria.

Consultar con profesionales y seleccionar productos con mayor pureza de carne puede ser una práctica útil para quienes desean incorporar estos embutidos en su dieta con un enfoque más consciente hacia la salud. En resumen, aunque la calidad de la carne puede variar entre estas opciones, la prudencia y la moderación en el consumo siguen siendo esenciales para una alimentación saludable.