Tras un confinamiento de más de tres meses en los que el país llegó a notificar un pico de 900 casos diarios, las cifras de decesos en esta segunda ola se contienen sin alcanzar tales y desoladores extremos. Los 126 fallecidos de hoy pesan y lo hacen igual y con el mismo dolor que en los momentos de máxima tensión de la pandemia. Especialmente cuando se mira el cúmulo total.
Y es que la cifra de fallecidos, según los datos oficiales ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, alcanzan hoy, 24 de diciembre los 49.824, rozando así las 50.000 pérdidas. La cifras real podría ser mucho mayor, traducida en números pero que esconden con toda su crudeza 49.824 historias de dolor y despedidas en soledad que permanecerán para siempre grabadas en el sentir de los familiares y seres queridos que continúan día a día con su vida, aunque con un inevitable vacío.
Tal y como observamos en el gráfico, el número de decesos alcanzó su máximo a finales de marzo -concretamente el día 30 cuando se notificaron 906 decesos-. En un mes de confinamiento domiciliario se logró rebajar la cifra a los 221 muertos diarios, una cifra aún por encima de los niveles actuales pero que requirió dosis de sacrificio por parte de la población y, cómo no, de un equipo de sanitarios volcado, entregado y en plena lucha contra un virus desconocido hasta hacía unas semanas.
El aluvión de cifras es más complejo aún tras las actualizaciones de Sanidad, en los que en varias ocasiones ha añadido decesos anteriores a la fecha asi como nuevos sistemas de cuenteo.
Los datos parecía que se calmaban hasta hace poco más de dos semanas, confirmando una tendencia de clara mejoría que se ha invertido pasado algo más de una semana del puente de la Constitución. Algo que ya advertían desde Sanidad y que se ha confirmado con la vuelta de la incidencia a niveles de riesgo extremo. Todo ello en plenas fiestas ya de Navidad, con las CCAA tratando de luchar a base de restricciones para evitar nuevos aumentos de casos.
