¿Dejaremos de comprar y comer patatas sabor jamón? Te lo contamos
Las patatas fritas son uno de los snacks preferidos para acompañar al aperitivo, pero recientemente la Unión Europea ha advertido a los países del riesgo para la salud que presentan algunas de estas patatas fritas debido a los potenciadores de sabor que utilizan.
Los aromas ahumados, empleados como alternativa al ahumado tradicional para conservar alimentos como pescado, carne y productos lácteos, también modifican su sabor. En 2013, el Reglamento de Ejecución (UE) autorizó diez aromas ahumados para su uso en alimentos por un periodo de diez años. Sin embargo, dos de estos aromas (SF-007 y SF-010) no solicitaron renovación en 2023 y ya no pueden comercializarse. Para los otros ocho (SF-001, SF-002, SF-003, SF-004, SF-005, SF-006, SF-008 y SF-009) sí se solicitó renovación en junio de 2022.
Se estipuló un periodo de eliminación progresiva para estos aditivos, después del cual serían prohibidos. La novedad radica en que si un solo componente de un aroma ahumado es genotóxico, toda la mezcla debe considerarse genotóxica. De los aromas analizados, seis contienen sustancias genotóxicas y en los otros dos no se pudieron descartar problemas de seguridad debido a la falta de datos:
Smoke Concentrate809045 (SF-003)
ProFagus SmokeR709 (SF-008)
ProFragus SmokeR714 (SF-001)
SmokEz Enviro-23 (SF-006)
Scansmoke SEF525 (SF-004)
Zesti Smoke Code 10 (SF-002)
Fumokomp (SF-009)
SmoKEz C-10 (SF-005)
Los consumidores deben revisar las etiquetas de los productos ahumados artificialmente, como las patatas fritas de bolsa con sabor a jamón y barbacoa, en busca de estos aditivos. Para aquellos interesados en productos elaborados con métodos tradicionales de ahumado, deben buscar productos etiquetados como 'aromatizantes naturales'. Esto asegura que productos como el salmón ahumado seguirán disponibles y no desaparecerán de las tiendas.
Aunque la ley prohíbe la comercialización de ocho de los diez aditivos utilizados para dar sabor a diferentes alimentos, las patatas fritas sabor jamón, barbacoa o bacon podrán seguir vendiéndose siempre y cuando los productores consigan la autorización de la UE, que ha establecido un periodo de retirada progresiva para permitir a los productores y operadores adaptarse a las nuevas normas.
El periodo de eliminación progresiva será de cinco años cuando los aditivos se usan para sustituir el ahumado tradicional en jamones, pescado o quesos.
El periodo de eliminación será de dos años cuando se use para añadir o intensificar el sabor en productos como sopas, patatas fritas o salsas.