jueves. 25.04.2024
vika 1
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Se llama Vika y es ucraniana, está afincada en Guatemala tiene un hijo no muy mayor y en cuanto empezó la guerra cogió un avión y llegó a su Ucrania natal para trabajar "in situ" por su país. Desde ese momento no ha parado de ayudar junto a su hermano que estaba allí, sobre todo a personas con problemas y sobre todo a niños.

Este es parte del testimonio emocionado de Julián un compañero que ha vuelto a Ucrania en estos días y que se vuelve con el corazón encogido y estremecido como el que tenemos todos los que allí estuvimos, historias de vida y testimonios como el de esta mujer Vika y el de Mariángeles nuestro contacto el de la ONG Acción Norte en Cracovia. Las hadas madrinas pueden con casi todo, pero necesitan también nuestro apoyo, ayuda humanitaria y los fondos necesarios para poder seguir en la cabecera del problema. Nosotros somos simples brazos de un cuerpo y un todo del que también todo ser humano forma parte. 

vika
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Los testimonios sobre lo que ocurre en Ucrania con un ejército ruso que sigue cometiendo atrocidades, genocidios y destrucción los escuchamos a diario. La resistencia ucraniana es fuerte y los apoyos deben ir a los puntos claves donde se necesita la ayuda, de ahí que Acción Norte siempre esté en la avanzadilla y siempre tenga a personal como Mariángeles, personas que en momentos duros, hacen de su trabajo el salvavidas de cientos de personas que siguen necesitando nuestra ayuda.

Vika es otro ejemplo, una mujer afincada en Guatemala que en cuanto su país lo ha necesitado no ha pensado ni un segundo y se ha vuelto a una casa que tiene destrozada y que lleva ya más de cuatro millones de desplazados, y los que aún salgan de ciudades como Mariupol o Kiev, o Jarkov, Bucha, Irvín, esperando un alto el fuego, un final que les pueda permitir volver a casa y retomar esa parte que dejaron viva, la esperanza. Vika ha conseguido llegar a la ciudad de Chernille, donde la necesidad del hospital de ayuda humanitaria es clave para poder curar a los heridos de guerra y por supuesto a los civiles que son los que más están acusando la barbarie y el genocidio ruso. 

Cualquier ayuda será y es poca para combatir un estado de guerra que sume en un caos enorme a un país con más de 40 millones de personas que han perdido su estado de confort, ese que en España tenemos aunque nos suban los carburantes y la vida se haya encarecido en un 10%. 

El PIB de Ucrania ha caído un 40% aseguran sus autoridades, la guerra sigue destrozando a unos vecinos que a menos de 3.000 kilómetros sufren el genocidio ruso.

Ciudades sin luz, sin comida, sin medicamentos en los hospitales, Ucrania pide ayuda