El 71,8% de los españoles mantienen que continuarán haciendo uso de las mascarillas en determinadas situaciones o lugares puntuales aunque cuando la normativa ya no mantenga su uso obligatorio. Así se desprende del estudio Tendencias Cofares "Un año de COVID-19 (III): Hábitos sobre el uso de la mascarilla", realizado por esta distribuidora farmacéutica para conocer el uso de las mascarillas y sus preferencias sobre las utilizadas para protegerse del coronavirus.
En concreto, el 62,3 % apuesta por seguirlo haciendo uso de este producto de protección ante el Covid-19 especialmente en lugares de gran afluencia como es el transporte público, visita a hospitales así como en temporadas de gripe y alergia como forma de reducir el impacto de otros virus o para minimizar la reacción del sistema inmunitario a ciertas sustancias como el polen.
En la anterior edición publicada en el mes de octubre, justo cuando se cumplían siete meses de la declaración del primer estado de alarma y tras casi cinco de la obligatoriedad del uso de la mascarilla, el 67 % de los españoles declaraban que ya se habían acostumbrado a llevarla en sus salidas de los domicilios particulares.
Los más jóvenes son los que han demostrado un mayor grado de adaptabilidad a la norma y también al uso de un producto que hasta hace poco nos era totalmente ajeno. Así, el 74,2 % de los encuestados de entre 18-25 años (los llamados la Generación Z ), el 67,3 % de los 26-35 años (generación Millennial) habían demostrado una alta tolerancia.
Sobre el tipo de mascarilla más empleada, la FFP2 sigue ganando adeptos al ser la elegida por el 41,5 % de los españoles, seguida de las quirúrgicas como apuesta del 37% de los encuestados y frente al 21,5% de los que prefieren el uso de mascarillas de tela, un artículo que desde Cofares recuerdan que, además de no ser artículos sanitarios, no cuentan con las garantías necesarias de protección frente al coronavirus.
