Tapicero, un oficio artesanal que se muere

En la Avenida de Portugal, a la altura del Puente de Hierro, un local permanece abierto desde hace más de cuatro décadas. En una época en la que la "nueva normalidad" es el cierre de pequeños negocios, Tapicería Salvadores se mantiene como la excepción que confirma la regla. Su secreto: el trabajo artesanal.

 "Aquí trabajamos con martillo, agujas e hilo. No hay máquinas", explica Alberto Salvadores Cerecinos. Solo la de coser, "una máquina que vino de Alemania" hace medio siglo, añade.

Cogió el testigo de su hermano hace 4 años, pero el negocio lo puso en marcha su padre, primero en Pinilla, y más tarde, en el local de la Avenida de Portugal. Pero pronto, aquel joven tapicero prefirió dejar a un lado el oficio por el cine y comenzó a trabajar en las salas del Arias Gonzalo y el Ramos Carrión. Fue entonces cuando el primogénito, Manuel, se quedó con el negocio. 

"Yo lo aprendí todo con mi hermano Manuel", apunta Alberto Salvadores, seguro de que nadie cogerá su relevo. "Estos oficios tienden a desaparecer porque no hay relevo generacional", lamenta. Nadie se preocupa tampoco de realizar cursos para mantener vivos oficios que desaparecerán cuando los actuales artesanos se jubilen. "Ahora los jóvenes solo quieren estudiar oposiciones", indica.

La tapicería tradicional se enfrenta a otro problema: el intrusismo. "En Zamora capital estamos dados de alta 4 tapiceros, pero hay mucha economía sumergida que nos hace una competencia desleal", apostilla Alberto Salvadores.

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Al menos, afirma que "trabajo no me falta". Y menos con la llegada de la pandemia y la crisis económica que conlleva. Se restauran más cosas. Sobre todo sillas. "Ahora mismo estoy empezando a tapizar una silla que tiene más de 100 años", cuenta Salvadores Cerecinos. Sin embargo, es consciente de que las nuevas generaciones prefieren "comprar en el Ikea muebles de usar y tirar".

Alberto Salvadores es también el tapicero de la Semana Santa de Zamora. Las almohadillas y el tapizado de las andas de muchas cofradías zamoranas y otras tantas de España llevan el sello de Tapicerías Salvadores, un negocio familiar y de artesanos que, como tantos otros, se extingue.

 

 GALERÍA DE IMÁGENE Tapicería Salvadores Fotos cedidas

 

 

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