El mes de febrero del año 2014 comenzaba de una forma trágica, Luis Aragonés fallecia a causa de leucemia. Una enfermedad que ocultó a sus allegados y que le robó la vida a los 75 años. Hoy se cumplen seis años de una pérdida que conmocionó al mundo del fútbol español.
Luis Aragonés, conocido también como 'el sabio de Hortaleza' o 'Zapatones', falleció tal día como hoy hace seis años. Con el Atlético de Madrid en plena lucha por la Liga -que finalmente se acabaría llevando-, el que fuese entrenador del equipo rojiblanco, entre otros, a causa de una leucemia dejaba huérfano al mundo del fútbol español. Una enfermedad que ocultó a la gente más cercana y que se llevó a la tumba.
El 1 de febrero de 2014 dejó un gran vacío en la familia atlética. Su pérdida era mucho más que despedir al que fuese jugador y entrenador del equipo de sus amores. Luis Aragonés pasaba a ser una leyenda del equipo y de la Selección Española, a la que condujo a los mayores éxitos de la historia.
Seis años después, el Atlético de Madrid y su parroquia lo siguen recordando, lo siguen echando de menos, especialmente en los tiempos que corren para el equipo. Luis Aragonés es eterno, será eterno. Y lo será no solo por lo que consiguió en su trayectoria profesional, sino por los momentos que dejó en el mundo futbolístico.
Allá por donde pasase dejaba una marca imborrable: el descubrimiento de Samuel Eto'o, cómo llevó al Mallorca a la Champions, la Copa del Rey con el F.C Barcelona y los problemas con la junta directiva, el subcampeonato liguero con el Valencia C.F. También momentos polémicos, porque él era así, directo, sin contemplaciones, sin tapujos. La "charla" que tuvo con José Antonio Reyes sobre Thierry Henry en un entrenamiento con la Selección causó revuelo, pero él siguió a lo suyo.
Llovieron críticas, incluso se planteó dejar la Selección por no volver a convocar a Raúl con la Selección. No dio explicaciones y su plan tenía un destino: hacernos Campeones de Europa y sembrar un camino que nos llevó al gol de Iniesta en la Copa del Mundo. Entre tanto, para el recuerdo de los jugadores las conversaciones en las previas de los partidos, los "trucos" y "pillerías" de un entrenador que conocía mejor que nadie cómo funcionaba este deporte.
Pero, sobre todo, la huella es imborrable en el Atlético. El gol al Bayern de Munich en la final de la Champions, celebrándolo incluso antes de que el balón entrase en la portería; la cita que ha pasado a la historia en el Vicente Calderón: "usted, no pise ese escudo". Los entrenamientos subiendo las escaleras del estadio o la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu con el "ganar, ganar, ganar y volver a ganar". La confianza en otra leyenda del Atleti, Fernando Torres, un jugador que se echó un equipo a las espaldas.
Esa añoranza ha llevado a reunir 130.000 euros a los aficionados del Atlético para construir una estatua en los aledaños del Metropolitano, en homenaje al emblema del club. Él enseñó el camino, él nos mostró los pasos que debía seguir la Selección y el Atlético de Madrid. Por eso, por su carisma, por su forma de ser, el mundo del fútbol sigue añorando a 'Zapatones'. Y créanos Luis, le echamos de menos.
Él nos enseñó que ser del Atleti es una aventura maravillosa, que nos tenemos que sentir orgullosos en todo momento y disfrutar al máximo de cuando las cosas nos salen bien, porque son muy pocas. Él nos enseñó que ser del Atleti es haber elegido el camino difícil, pero también el de la pasión sin condiciones, algo que nos hace distintos, ni mejores ni peores, pero distintos.
Él nos sigue uniendo, nos hace fuertes y nos empuja a seguir alentando al equipo de nuestras vidas. Por eso nos sentimos orgullosos, por estos colores, por usted, por el Atleti.
Luis Aragonés es y será eterno.