La candidata del PP a las Cortes regionales afirma que "volver a Valladolid es regresar a una administración que conozco bien, aunque los tiempos han cambiado y el panorama es difícil".
Tras ejercer los últimos ocho años como alcaldesa de la ciudad, Rosa Valdeón concurre a los comicios autonómicos del 24 de mayo como cabeza de lista por Zamora a las Cortes de Castilla y León. Mujer de convicciones firmes y fuertemente implicada en causas sociales, la aún alcaldesa de Zamora, tachada en varias ocasiones como 'díscola' con la línea oficial de su partido, afirma que una voz crítica a veces es necesaria "porque puede cambiar planteamientos muy rígidos y acercar a los políticos con la ciudadanía".
-Rosa Valdeón abandona la política municipal y regresa a Valladolid, donde ya fue consejera con el presidente Herrera. ¿Significa este paso 'volver a casa'?
-El hecho de volver a Valladolid significa cambiar las responsabilidades y eso también un aliciente, aunque Zamora es también mi casa. Para mí volver a Valladolid es regresar a una administración que conozco bien. En mi caso no voy al vacío, a algo que no conozca, sino que me queda un gratísimo recuerdo de mi trabajo en la Junta. Claro está que era una época diferente, había más dinero y la mía era entonces una Consejería nueva, llena de retos y expectativas. Ahora el panorama es distinto y más difícil, pero vuelvo sin miedo.
-Pasa por ser uno de los pilares de Juan Vicente Herrera, con quien mantiene unos estrechos vínculos y a quien secunda de nuevo en unos comicios. ¿Qué es lo que destacaría del candidato a la presidencia de la Junta?
-Si algo puedo decir de Juan Vicente Herrera es que es la persona con mayor sentido de la profesionalidad, amor y responsabilidad que conozco con Castilla y León. Su compromiso con esta tierra es total. Lo ha dicho muchas veces: él no quiere irse fuera. Tiene claro que su sitio, donde quiere estar, es en Castilla y León. Creo que tiene también muy buen balance en su gestión, credibilidad y solvencia. Y vuelve a ser candidato porque todos se lo hemos pedido, no por necesidad. Se lo hemos pedido muchísimas personas que pensamos que nadie conoce los problemas reales de la Comunidad como él.
-También Rosa Valdeón pasa por ser una persona de fuertes convicciones y en ocasiones díscola con la línea oficial del partido.
-Me lo han dicho muchas veces y la verdad es que no me molesta ni creo que sea malo. Hay momentos puntuales en que haces lo que crees y no lo contrario. Dar la cara por algo cuando estoy convencida no me cuesta. A veces los partidos, y no hablo sólo del PP, mantienen planteamientos muy rígidos y es necesaria una voz crítica porque si es escuchada puede cambiarlos. Y lejos de fragmentar el partido, el poder cambiar algo refuerza el contacto con el ciudadano, que lo hemos perdido. Mis amigos no son políticos. Y si te relaciones con ellos, que son gente normal con sus ocupaciones que no se dedican a la política, oyes en sus voces el día a día de la calle. Y esas propuestas, lo que la sociedad demanda realmente, también tienen que estar siempre encima de la mesa.
-Las encuestas apuntan a una mayoría absoluta del PP en la Comunidad. ¿Eso da una mayor tranquilidad a la hora de afrontar unas elecciones?
-Las encuestas no son las que consideraríamos óptimas, porque también hay algunas que hablan de perder la mayoría absoluta. El panorama, con la irrupción de nuevos grupos políticos, es muy complejo. Todas las posibilidades están abiertas. Más que tranquilidad, lo que nos preocupa es que pueda producirse una situación como la que hay planteada ahora mismo en Andalucía, esa incertidumbre. El cambio social es un hecho, así que debemos no fiarnos de las encuestas. Las propias agencias y consultoras siembran sus dudas. Y existe mucho voto oculto que no conocemos y que puede dar un vuelco a la situación. Si tomas como referencia las últimas elecciones andaluzas, ni una de las encuestas acertó. Supongo que habrá que las consultoras tendrán que cambiar de método o estudiar otra forma más fiable o exacta para hacer las encuestas. Y nosotros trabajar sin dar nada por hecho.
-Cierra una etapa de ocho años como alcaldesa de Zamora y me consta que lo hace desde una profunda emoción personal, como no ha ocultado en alguna comparecencia pública. Con un pie prácticamente ya en Valladolid, ¿qué balance hace de su etapa al frente del Ayuntamiento?
-Mi balance es positivo, pero no fácil. Han sido unos años que he considerado duros política, económica y afectivamente. Desde el Ayuntamiento ya no se han podido hacer grandes obras, pero sí nuevas escuelas infantiles, centros de música como el nuevo local de la Banda o la nueva Escuela de Enfermería, que mejoran la vida de los zamoranos. Ser alcalde de una ciudad conlleva enfrentarse a unos momentos muy duros que en otros trabajos -y aclaro que me refiero a trabajos políticos, porque soy consciente de que hay trabajos mucho más duros- no se tienen. Una Alcaldía en política es lo más potente para lo bueno y para lo malo. Sí puedo decir que todo lo he hecho desde la honestidad y un profundo cariño a la ciudad.