El próximo 12 de agosto se celebra el Día internacional de la Juventud, un marco en el que la Fundación Adecco, con la colaboración de Wärtsilä, presenta su 8º informe Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro. En esta octava edición se ha realizado una comparativa entre las personas menores de 30 años con certificado de discapacidad y aquellas que no lo tienen, en aras de detectar dobles barreras, dificultades e inquietudes en el ámbito laboral. El informe basa sus conclusiones en una encuesta a un total de 800 jóvenes, 300 de ellos con algún tipo de discapacidad.
El empleo de los jóvenes con discapacidad constituye todo un reto para la sociedad, un desafío que presenta luces y sombras que es conveniente analizar. Entre las primeras, un dato cuantitativo: en 2022 los jóvenes con discapacidad (menores de 25 años) firmaron un total de 27.741 contratos en España, un máximo histórico que representa un crecimiento del 16% con respecto al ejercicio 2021 y que ya ha superado los valores prepandemia (26.770 contratos en 2019).
Las respuestas de los encuestados arrojan una media de 24,5 meses en encontrar empleo (2 años) para los jóvenes con discapacidad. La misma pregunta se ha realizado al resto de los jóvenes y este periodo se reduce a la mitad (12 meses, de media).
Entre las barreras -ya mencionadas- que motivan esta cronificación de su desempleo destacan un menor nivel formativo y la falta de oportunidades de capacitación, así como prejuicios y estereotipos que frenan la contratación de los jóvenes con discapacidad, perpetuando la situación de desempleo.
Las mujeres jóvenes con discapacidad merecen un análisis especial, debido a las dificultades aún mayores que afrontan debido a una combinación de factores relacionados con la edad, la discapacidad y el género, que se ven reflejadas en las cifras. Así, se observa una mayor tendencia al desempleo de larga duración entre las jóvenes con discapacidad, que tardan de media 30 meses en encontrar trabajo, cifra que se reduce a los 21 meses en caso de los hombres.
En la misma línea, se observa que, de los 27.741 contratos suscritos por personas con discapacidad en 2022, solo un 34,7% fueron para mujeres, mientras que el grueso (65,3%) fueron firmados por hombres.