El torero Juan José Padilla ejerció de director de lidia y toreó la última de las vacas de Simón Caminero brindándosela a los diez jóvenes participantes en el certamen.
La VI edición del Bolsín Taurino Tierras de Zamora tuvo ayer a un director de lidia de excepción como es Juan José Padilla, el torero jerezano que hace unos días era herido en la feria de Valencia para después reaparecer en Castellón y abrir la puerta grande. Acompañado por el periodista taurino David Casas, Padilla mostró en Toro una vez más el amor a su profesión ejerciendo de "padrino" de los diez novilleros finalistas que tentaron las vacas de Simón Caminero, unas eralas bravas y de buen juego -en especial las tres primeras- que sirvieron para que los jóvenes aspirantes mostrasen las bases fundamentales de su toreo.
Carlos Enrique Carmona; Juan Collado; Manuel Diosleguarde; Carlos Domínguez; Leandro Gutiérrez; Ismael Jiménez Rojas; Raúl Montero; David Moreno; José Luis Vega y Adrián Villalba Mora hacían el paseíllo vestidos de corto, precedidos por el torero jerezano, para después medirse en el hermoso e histórico coso de Toro por alzarse como vencedores de esta sexta edición del Bolsín que un año más ratifica el buen hacer del Foro Taurino de Zamora.
Como nota general, hay que destacar el gran nivel de los diez participantes que han llegado a esta final y que conocerán la clasificación definitiva en esta misma semana tras las deliberaciones del jurado, que lo va a tener difícil.
La última de las vacas fue toreada por Juan José Padilla, que se la brindó a los diez jóvenes aspirantes. Un torero vestido de calle pero torero de pies a cabeza, de sombrerazo con su actitud y disposición, que no dudó en hablar con los chavales y aconsejarles y que mostró su carisma y simpatía, su fuerza, su madera de torero y de luchador.
En el callejón, siempre atento, el banderillero David Adalid, casado con una toresana, no perdía detalle de la tarde en una jornada que sirve para hacer afición y para sustentar desde sus inicios los cimientos del toreo.
