Aliste se repuebla, la fábrica de caracoles más importante de la provincia regentada por Jorge y Merce emprendedores de vuelta a los orígenes

Del amor hacia Aliste y hacia la naturaleza y del convencimiento del potencial de la tierra nace una historia de vuelta a los orígenes. En este caso a Fonfría, localidad que vio nacer a Merce y que también atrajo a su marido Jorge, natural de Barcelona.

Tras varios periplos profesionales por la ciudad condal y Marruecos, este matrimonio decidió asentar su futuro familiar y profesional en el municipio alistano y apostar en su calidad de autónomos por una actividad respetable con el medio ambiente y con visos de futuro como es la helicicultura.
La aventura se remonta hace casi siete años cuando, tras un proceso exhaustivo de búsqueda de proyectos potenciales que pudieran funcionar en la tierra, descubrieron el arte de la cría y comercialización de los caracoles. Para conocer a fondo el proceso, Jorge y Merce se acercaron a algunas de las granjas existentes en la provincia, Salamanca y Barcelona, pero su espíritu emprendedor también les llevó a coger un vuelo hasta Polonia para aprender a fondo esta actividad en uno de los mayores países productores de Europa.
Cinco campañas después, CARACOLES DE ALISTE ya comercializa 12 toneladas al año y la previsión es ampliarlo este 2021 a las 20 toneladas. Para hacer frente a la envergadura de un proyecto en plena expansión, Jorge ha logrado traer a un antiguo empleado marroquí que conoció durante su estancia en tierras africanas y que arrastra consigo a una familia, con lo que logra sumar cuatro nuevos padrones y dos matrículas adicionales al colegio del pueblo, que actualmente ronda la decena de niños. A ello habría que añadir los trabajadores temporales durante la época de recolección del caracol, especialmente entre los meses de julio y septiembre.
Con parcelas de más 9.000 metros cuadrados a cielo abierto y una nave 200 metros cuadrados -dividida entre la sala de reproducción, almacenamiento y la cámara de frío para la adecuada conservación del producto-, Jorge y Merce han sacado adelante la única granja de caracol de la especie Helix aspersa muller (Bove) que se cultiva en la comarca con un mimo digno de elogiar.

Se les nota a la hora de hablar de su trabajo, de las diferentes etapas y procesos por los que han de pasar a lo largo de toda la campaña desde el momento de la cría hasta su recolección, secado y envase pasando por el proceso de engorde. Un mimo que sólo se puede entender desde el amor a la naturaleza.
Los ejemplares son seleccionados uno a uno en un proceso de lo más natural y cuidado y puestos a la venta en mallas en fresco –listos para cocinar- o bien cocidos al natural. También venden sus caracoles alevines para otras granjas que precisen de un mayor número de ejemplares para su reproducción y posterior engorde.

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CARACOLES DE ALISTE ha logrado saltar al mercado europeo, especialmente gracias a la opción en conserva, que asegura que el producto mantiene todas sus propiedades, aunque actualmente, gracias a los servicios exprés también logran que el producto en fresco llegue a otros puntos fuera del territorio nacional en menos de 24 horas. "Pero principalmente los caracoles en fresco se venden al por mayor en grandes superficies como Mercabarna o Mercamadrid", señala Jorge.
El coronavirus les ha dañado, como a casi todos los sectores. "Se vendía muchísimo y en el año pasado se pasó a vender a cuentagotas, especialmente en el confinamiento cuando toda la hostelería permanecía cerrada". Como dato: su almacén aún cuenta con cerca de 3.000 kilos de producto de la anterior campaña. "Dentro de lo malo que ha sido el año hemos conseguido salvarlo y ahora que están levantando la mano con las restricciones se nota más", añade.
También se han frenado las visitas a la granja, otro de sus grandes proyectos. Y es que CARACOLES DE ALISTE no sólo se abre a las rutas guiadas convencionales en las que el usuario puede conocer de cerca el proceso de cría, producción y comercialización de los caracoles, así como curiosidades de este animal; también supone una apuesta de futuro con una formación técnica que permite a otros la oportunidad de crear su propia granja. Es una de las pocas que lo hacen en todo el país y que nació precisamente ante las dificultades que encontraron en su día a la hora de aprender la técnica. "Nosotros tuvimos que ir a formarnos a uno de los mayores productores de caracol de Europa del Este y no queremos que los que se inician tengan que pasar por eso teniendo aquí la oportunidad".

Jorge asegura que se trata de una actividad con un interés creciente, algo que ni la pandemia ha logrado frenar, pese a poner a los autónomos contra las cuerdas. "Este año ha venido gente de Logroño a ver la sala de reproducción y la exterior, también de Arroyo de la Encomienda y tengo aún visitas pendientes de varios interesados". El país necesita más Jorges y Merces y necesita más proyectos como CARACOLES ALISTE.

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