La iglesia de Cristo Rey se llenó ayer en la celebración eucarística que presidió el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, para clausurar así oficialmente el año de la fe.
La celebración comenzó con la procesión de los acólitos, los más de 60 sacerdotes y el obispo desde el centro parroquial y la plaza, entrando en el templo mientras toda la asamblea cantaba la letanía de los santos