Volvía a la Tercera RFEF el Villaralbo después de superar en la final por el ascenso al Zamora B, en un doble partido en el que la afición azulona se implicó para alentar a los suyos en la retorno a la cuarta categoría del fútbol español.
El conjunto que dirigía Pablo Gil arrancaba la liga de una forma fulgurante, sumando siete puntos en las tres primeras jornadas y manteniendo el descenso alejado, principal objetivo del Villaralbo.
Sin embargo, la derrota en Los Barreros ante el Atlético Bembibre, supuso el comienzo del declive del conjunto azulón, que no volvió a puntuar hasta la décima jornada, con un empate a cero ante el Burgos Promesas. La llegada de Álvarez Tomé a los banquillos ha dado aire fresco al equipo que, sin ganar, ha puntuado en las dos últimas jornadas.
Conseguir la salvación y mantener un proyecto de Tercera División es el principal objetivo de un Villaralbo con mimbres para dar guerra y complicar a cualquier equipo, por lo que el parón navideño servirá para cargar pilas y volver a armarse como un equipo rocoso.
Los villaralbinos volverán a los terrenos de juego el próximo siete de enero, cuando reciban en el feudo zamorano al filial de la Sociedad Deportiva Ponferradina.