Cuando Spas Dimitrov decidió enfrentarse al desafío de remar durante 24 horas en el río Duero, sabía que no sería sencillo. Lo que no imaginaba era lo implacable que sería el frío, con temperaturas que descendieron hasta los -5 grados durante la madrugada. Pese a todo, completó 205 kilómetros.
El reto comenzó el viernes 17 de enero por la tarde, en el pantalán de la Isla de las Pallas, donde familiares y amigos se instalaron para apoyarlo. Entre ellos, su madre, que pasó todo el tiempo pendiente de que no le faltara ropa seca, comida o bebida caliente.
La noche fue el punto más duro. Entre las 3 y las 4 de la madrugada, el frío casi lo detuvo. Spas admitió que pensó en abandonar. Sin embargo, con cada remada, luchaba contra el cansancio y el clima, decidido a llegar hasta donde su cuerpo le permitiera. "Se me ha hecho largo", confesó al finalizar, reconociendo que las horas nocturnas "fueron las más desafiantes".
Con el amanecer, la situación mejoró ligeramente. A las ocho de la mañana ya había superado los 100 kilómetros. A esa hora, comenzó a recibir el apoyo de otros palistas zamoranos que se unieron a su recorrido, acompañándolo durante los tramos más largos. Al mediodía, Spas había alcanzado los 130 kilómetros, pero ya era consciente de que superar el récord mundial sería imposible debido al desgaste que arrastraba desde la madrugada.
Los bomberos estuvieron presentes durante toda la prueba, iluminando los últimos metros del recorrido y, finalmente, encargándose de llevarlo a casa. "No estaba previsto el traslado, pero menos mal que lo hicieron", comentaban entre risas sus amigos. Para entonces, el deportista apenas podía mantenerse en pie, exhausto tras casi 24 horas de esfuerzo ininterrumpido.
Entre los presentes se encontraba Emilio Merchán, campeón mundial de piragüismo, quien acudió al evento con sus hijos para mostrar su apoyo. Cuando terminó, Spas, estudiante de Ingeniería Mecánica en Zamora, no ocultó su cansancio. “El frío ha sido lo más difícil, sobre todo por la noche". Su familia, orgullosa, no dejó de recordarle lo lejos que había llegado, aunque el récord quedara fuera de alcance.
