El ciclista zamorano acabó segundo en la etapa prólogo, a cuatro segundos de Aitor González, pero consiguiendo meter una buena renta a los mejores escaladores del pelotón. El zamorano tiene ahora tres etapas por delante, especialmente la de Sanabria, para asaltar el maillot amarillo y completar un palmarés espectacular.
La Vuelta a Zamora arrancó con una espectacular contrareloj de cinco kilómetros llena de dureza y complicaciones. La primera nada más salir, ya que el coso taurino toresano albergó la rampa de salida y obligaba a extremar la precaución hasta salir a las calles donde un prolongado descenso en el que se podían dar pedales aconsejaba llevar rueda lenticular y casco de contrareloj, aunque unos cuantos ciclistas apostaron por salir con la bici de ruta para poder pasar la segunda fase de la carrera.
Tras la bajada llegaba la cuesta Cavila, 500 metros duros de subida que dejaban a los corredores sin fuerzas para los metros finales. En la cuesta se consiguieron hacer grandes diferencias y fue en ese momento cuando Jaime Rosón sacó todo su potencial para abrir diferencias con otros rodadores. Tras la subida había que lanzar la bici por el llano antes de llegar, pasando la Torre del Reloj, cerca de La Colegiata, lugar donde estaba la meta.
Con esta posición, que le deja como mejor zamorano y como segundo hombre en la general, Rosón afrontará mañana un terreno rompepiernas en el que en los primeros kilómetros habrá que protegerse del viento para después subir dos cotas de tercera y una rampa final en Benavente en la que suelen picarse segundos.