Un golazo por toda la escuadra de garban dio ventaja a los azulones que vieron como, en el segundo tiempo, un disparo seco de Granada daba en el larguero y botaba sobre la línea, dando validez al gol el linier pese a las protestas locales.
Fue un partido con muchos nervios, con dos conjuntos que tenían miedo de perder, de desguarnecerse y con poco fútbol, aunque eso sí, los dos equipos se guardaron lo mejor para los dos goles, ambos desde fuera del área, ambos rompiendo una dinámica de defensas que no permitían ninguna ocasión.
Quien tuvo más ocasiones fue el Villaralbo que, en los compases finales, mereció el gol primero en una internada de Villa que disparó fuera y después tras jugada personal de Ballesteros que, en vez de ceder a Revi, intentó disparar, chocando contra la defensa.
Garban rompió la igualada inicial mediado el primer tiempo tras irse de su par recortando hacia dentro, mirar a portería y poner el balón donde quería, en la misma escuadra gallega. Ese resultado, muy bueno para los intereses villaralbinos, se vio quebrado en el segundo tiempo tras el lanzamiento de una falta que fue repelida por los zamoranos y que enganchó Jonathan Granada, ex del Zamora CF, para que su remate pegara en el larguero y botara sobre la línea, dando el línea validez al gol pese a las protestas zamoranas.
Lo intentó más el Villaralbo, que metió mucha pólvora en el campo y que a punto estuvo de lograr llevarse una victoria a un campo del Cerceda que defenderá la renta lograda en la Fernández García.