Pedro María Laperal regresa a la tierra que le vio nacer

photo_camera Artistas, amigos y familiares posan junto a un cartel de Pedro María Laperal

Artistas, amigos y familiares honran la memoria del prestigioso cartelista zamorano

Artistas, amigos y familiares de Pedro María Laperal han homenajeado hoy la figura del desaparecido cartelista zamorano, uno de los más destacados de la segunda mitad del siglo XX, con más de ochenta premios nacionales e internacionales y una brillante trayectoria a sus espaldas.

Fallecido a finales del pasado año, Pedro María Laperal fue uno de los alumnos más brillantes de la Escuela de San Ildefonso, que escribió una de las páginas más importantes del arte zamorano en el siglo XX. Así, compañeros y amigos de Laperal como Tomás Crespo, Higinio Vázquez, Antonio Pedrero, Paco Vadillo (desplazado desde Salamanca), Alfonso Bartolomé o Agustín Renilla, entre otros, se han dado esta mañana cita en la exposición sobre arte zamorano instalada en el antiguo palacio provincial, donde se haya expuesta obra del propio Laperal, con destacada presencia de los alumnos de la Escuela de San Ildefonso.

Precisamente con motivo de esta exposición el pintor Antonio Pedrero -comisario de la muestra que repasa doscientos años del arte zamorano- pudo hablar con Laperal apenas unas semanas antes de su fallecimiento, cuando dio su consentimiento para exponer su obra.

Al acto han asistido además los hijos y nietos del artista, que han recorrido las dependencias del antiguo palacio provincial arropados por amigos y artistas que quisieron honrar la memoria de Laperal, quien ha destacado como uno de los mejores cartelistas del país.

El acto más emotivo ha tenido lugar en el puente de Piedra, donde su amigo del alma, el escultor Higinio Vázquez, realizó una semblanza del artista y se arrojaron rosas al río Duero, en un retorno simbólico de Laperal a la tierra que le vio nacer y con la que nunca perdió contacto, si bien la mayor parte de su brillante trayectoria se escribe en Madrid y Cataluña.

La jornada de recuerdo finalizó con una comida de fraternidad

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