El Teatro Principal acogió esta tarde una versión actualizada de la mano de Capitonis Durii que conjuga gigantes, títeres y cabezudos. Ningún protagonista mejor que ellos.
Los gigantes y cabezudos que poseen una larga tradición en la cultura zamorana y forman parte de los grandes rituales religiosos y civiles que en ciclo anual se celebran en la capital y la provincia. En cuanto a los títeres, tan queridos por los niños y también tan asentados en la ciudad, la tradición titiritera ambulante siempre ha concitado la atención del público reunido alrededor del tingladillo de la pequeña farsa. Ellos permiten un lenguaje más abierto, son capaces de hacer reír con cosas que harían llorar con su desparpajo. Y así ha sido representadop esta tarde en el Teatro Principal de la Bien Cercada.
Toda esta cultura se fusiona en esta nueva visión de El Cerco, que no se aparta de la verdadera historia. La misma constitución física de los "actores" y sus diferentes técnicas de manipulación constituyen un espectáculo singular para que todos los públicos puedan disfrutar de un legado querido que en esta ocasión adopta formas diferentes para nuevos y antiguos públicos.
Los zamoranos ya pudieron conocer esta versión del Cerco en un escenario privilegiado como es El Castillo o la Fundación Rei Alfonso Enriques. Ahora títeres, cabezudos y gigantes toman otro escenario histórico en el corazón de la ciudad, el Teatro Principal. Una vez más una tarde más, no nos cansamos de saber de Zamora.
Fotos: Fco Colmenero