La XXI Semana de la Familia ha congregado a cientos de personas un año más con el objetivo de profundizar sobre los valores fundamentales en los que se asienta la familia cristiana. La Delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida invitó el primer día a la experta en orientación familiar Julia Villa, quien dio las claves para la educación de los hijos y evitar esa pregunta que muchos progenitores se hacen en la adolescencia: "¿Por qué me ha salido así este hijo?".
Una cuestión reveladora que también sirvió como título de su ponencia. Según la experta, los padres han de apoyar en tres pilares diferentes la educación de los hijos: "han de educar a los hijos para su relación con las cosas, han de educar a los hijos para su relación con las personas y han de educar a los hijos para su relación con Dios. Si alguna pata del trípode falla, la educación se tambalea".
La segunda ponente fue Sara Pérez-Tomé, integrante del gabinete de orientación familiar Sophya de Madrid, y pronunció la charla "Pautas para una convivencia para formar y proteger una familia hoy". Esta mujer, casada y madre de nueve hijos, explicó que la familia ha de ser un lugar para "la paz", aquel espacio donde debemos de cuidar especialmente nuestra conducta, y expresar el amor a cada uno de los miembros. Peréz-Tomé insistió en que la buena relación y el amor entre la pareja es el mejor caldo de cultivo para la crianza de los hijos.
Una relación que debe de cuidarse siempre y no ha de pasar a un lugar secundario cuando llegan los hijos: "hay parejas que se separan cuando los hijos se van de casa porque se vuelven a reencontrar y se dan cuenta de que son dos extraños". En este sentido, subrayó la necesidad de elegir a una persona para compartir la vida que sea "similar" a uno mismo: "no es necesario que seamos un calco, pero tenemos que tenemos similitudes para que funcione".
La encargada de clausurar la Semana fue la médico y consultora internacional de Lactancia Materna Carmela Baeza, quien pronunció la conferencia: "Lactancia Materna: un bien para toda la familia". La experta subrayó la importancia de este periodo en la vida del bebe y de la madre como algo fundamental en el desarrollo del niño y también en el bienestar de la familia. Amamantar al bebé crea un vínculo de afectividad entre madre e hijo que traerá consigo beneficios para ambos.
