El maestro de Villalpando protagoniza un filme dirigido por Juan Figueroa que será estrenado a finales de año y ha obtenido el premio a la mejor película experimental en el Festival de Sidney.
El diestro de Villalpando Andrés Vázquez es el protagonista de la película "Sobrenatural", dirigida por Juan Figueroa, que se estrenará a finales de año y que ya triunfa en diversos festivales internacionales, obteniendo el premio a la mejor película experimental en el de Sidney. Maestro indiscutible del toreo, figura de los años 60 y 70, con 12 puertas grandes de Las Ventas a sus espaldas y 24 cornadas en sus carnes, el torero zamorano desnuda su alma ante la cámara y se desvela como un genial actor capaz de viajar al mundo de los sentimientos y las emociones.
En la película el maestro de Villalpando realiza el viaje al interior de quien se enfrenta a la muerte con la ética y la estética del samurái en la que el camino del guerrero es un camino de muerte. Despojado de retórica, sin trajes de luces ni artificios ni público ni palmeros, en escenarios desnudos, verdes y ocres como su Tierra de Campos natal, Andrés Vázquez se revela como un actor de gran intensidad capaz de desbordar a la cámara en los primeros planos en una película en la que mezcla con la ficción parte de su propia vida.
Nadie diría que ese vecino de Villalpando de carnes escurridas, rostro enjuto y conversación ágil, que ganó más que nadie y perdió más que nadie cuando los negocios no vinieron de frente; ese vecino de rostro curtido y mirada vivaz, aguda, que vive cuidando a sus galgos y disfrutando de la compañía de los vecinos y de los muchachos que se acercan a conocer a una leyenda viva del toreo, se ha codeado con las primeras figuras de la cultura del siglo XX. Fue en julio de 2012, el día del 80 cumpleaños del maestro, cuando reapareció en la Plaza de Toros de Zamora para matar su último toro, uno de Victorino, marcando así un hito en la misma historia de la tauromaquia.
En la película un veterano torero se prepara para este mismo trance y lava con reverencia la cabeza de un toro que él mismo había matado. Ese es el punto de partida para un viaje interior al mundo de los sentimientos y de la sensibilidad. A solas, hacia adentro, hacia la soledad y el desgarro.
No es la primera incursión en el cine del maestro zamorano. Amigo de Orson Welles -al que se trajo a Villalpando, donde lo confundieron con un picador, para comer un cocido en casa de su madre-, el torero de Zamora protagonizó algunos papeles en los años 60. Destaca, entre ellos, el de la película "Yo he visto a la muerte" de José María Forqué, en el que Vázquez interpreta pasajes de su propia vida encarnando a un maletilla de capea en capea, el mundo donde se forjó, acompañando a muchachos que a veces encontraban la muerte entre las astas de toros mil veces toreados y resabiados.
Ahora regresa al cine en un viaje de fuera a dentro, hacia las entrañas, como quien recorre el camino del guerrero samurái, ese camino que Andrés ha desandado cada tarde que se enfundaba en el traje de luces y salía a jugarse la vida al ruedo. Un torero "Sobrenatural" en el espejo.