La feria ledesmina, que fue presentada en Zamora, concluye con una novillada de Antonio Palla.
El novillero salmantino Alejandro Marcos ha salido a hombros en Ledesma en el festejo que cerraba la Feria del Corpus, cuyos carteles fueron presentados en Zamora y que cada año concita a numerosos zamoranos en los tendidos. En la novillada también paseó una oreja Alberto Escudero, mientras que el venezolano Manolo Vanegas saludó con los dos de su lote.
Los ojos de la afición están puestos en ellos y el Ayuntamiento y la empresa ledesmina quisieron darle una oportunidad en la Feria del Corpus, que concluía con una novillada con picadores tras la resaca de la tarde triunfal de los Victorinos.
Alejandro Marcos se ha llevado tres orejas a su esportón en la novillada que cerraba el Corpus de Ledesma tras cortar una oreja al noble primero de su lote, con el que se mostró asentado con un trasteo de mano baja en una faena templada y con ligazón en la que también dibujó buenos pasajes al natural y que remató con una espada defectuosa pero efectiva que fue premiada con la primera oreja de la tarde.
El que cerraba plaza, complicado y muy probón, sirvió para que el novillero dejase claras sus intenciones con firmeza y valentía ante un novillo que le prendió por la chaquetilla y siempre le buscó, provocando un susto en la plaza que por fortuna sólo quedó en eso. A partir de ahí se creció y firmó una faena muy firme y de mano baja, llevando muy toreado al novillo -al que pareó bien el zamorano Javier Gómez Pascual-, pidiendo paso en el difícil mundo del toro. En Ledesma se le ha visto variado con el capote y templado con la muleta, con la cabeza despejada y midiendo muy bien tiempos y distancias. Su faena al sexto, el más complicado de la tarde, sirvió para cortar dos orejas y abrir una puerta grande de peso.
Recibió elegante con el capote Alberto Escudero, otra de las firmes promesas de la tierra charra aunque aún necesita rodaje, al primero de su lote en una faena un tanto atropellada y con altibajos en la que logró pasajes de buen gusto y que empañó con el mal uso de los aceros. Con el segundo de su lote, noble pero falto de entrega, puso todo de su parte en una faena pulcra y cimentada sobre la mano derecha a un novillo que no terminó de romper y al que despachó con una buena estocada que le valió un merecido apéndice.
El venezolano afincado en Ledesma Manolo Venegas dejó constancia de sus buenas maneras y gusto en diversos pasajes, aunque se le vio un tanto verde. Voluntarioso aunque sin mucho tino con los palos, recibió a su primero con dos largas afaroladas de rodillas para llevarlo al caballo por chicuelinas. Lo dejó crudo en el caballo, por lo que el novillo llegó con motor a la muleta de Vanegas, que logró buenas tandas con la mano derecha en una faena que fue a menos y terminó un tanto desdibujada y rematada por un feo bajonazo. El cuarto, flojo y un punto bronco, no le permitió más que echar mano de voluntad para sacarle muletazos de uno en uno a un novillo con poco fuelle que no ofreció mayores opciones.
Ficha del festejo.
Plaza de toros de Ledesma. Más de media entrada en tarde nublada y con rachas de viento. Se han lidiado seis novillos de Antonio Palla de buen juego en general. 1º, 2º y 3º aplaudidos en el arrastre; 4º flojo; 5º noble y sin entrega y 6º complicado.
Manolo Vanegas, saludos en los dos de su lote; Alberto Escudero, silencio tras aviso y oreja; Alejandro Marcos, oreja y dos orejas.
