Este año, más de medio centenar, de carros participaron en el desfile, un número récord que confirma el crecimiento de una fiesta que se supera año tras año. Desde primeras horas de la mañana, los toresanos trabajaron con esmero para preparar sus carretas adornadas con racimos de uvas, frutas, panes, embutidos, flores y los elementos más típicos de la vendimia. Todo un homenaje a la tradición agrícola y vinícola que da sentido a la comarca.
El vino y la tradición, protagonistas del día
Mientras los visitantes más madrugadores recorrían el Mercado Medieval, los carros se preparaban en los barrios de la ciudad para emprender el recorrido por las calles de un Toro que no tenía ni un rincón libre. Las risas, la música de gaiteros, dulzaineros y grupos de danza tradicional acompañaban el paso de las carretas en una estampa que, año tras año, se convierte en una postal viva de la identidad toresana.
La cosecha de este año, aunque menor en cantidad, ha sido calificada por los bodegueros como excelente en calidad. Los vinos de Toro siguen consolidándose en los mercados internacionales, donde cada vez son más apreciados por su cuerpo, sabor y autenticidad. Hoy, sin embargo, las labores del campo se detuvieron para brindar por la tradición, el esfuerzo y la alegría compartida.
Una fiesta multitudinaria y un orgullo local
El ambiente festivo contagió a todos. Las calles, plazas y rincones de la ciudad bullían de gente, y la feria de día en la Plaza de San Francisco fue otro de los puntos calientes de la jornada: conseguir un hueco para disfrutar de un vino de Toro acompañado de un buen pincho resultó casi una misión imposible.
La alcaldesa de Toro, Ángeles Medina, exultante, declaró a Zamora News:
“Hoy es un día en el que los toresanos disfrutan de lo auténtico, de los visitantes y de nuestras tradiciones. Me siento feliz, como alcaldesa y como vecina, al ver cómo Toro se llena de vida. Espero que el tiempo siga acompañando como lo está haciendo esta mañana para que todos podamos disfrutar de nuestra fiesta”.
Los visitantes, maravillados con la hospitalidad toresana
La mezcla de tradición, color y hospitalidad impresionó a los visitantes llegados de distintos puntos de España.
Antonio, de Álava, comentaba entre risas:
“Nos han dado vino, pan, chorizo y torreznos… esta gente es encantadora”.
Manoli, de Cáceres, no escondía su entusiasmo:
“Nos habían hablado de esta fiesta, pero no imaginábamos ni por asomo algo así. Es una verdadera pasada”.
Incluso los habituales percibieron el crecimiento del evento.
Luis, de Valladolid, aseguraba:
“Llevamos viniendo varios años, pero este año parece que hay aún más gente. Toro está a reventar”.
El desfile que une pasado y presente
Los carros, tirados por bueyes, mulas y tractores, desfilaron entre aplausos y vítores. Las familias enteras participaron en la comitiva, repartiendo vino y viandas entre el público, mientras los niños, subidos a los carros, agitaban pañuelos al ritmo de la música tradicional.
Cada carro contaba una historia distinta: la del trabajo en el campo, la vendimia compartida, la unión familiar o simplemente el orgullo de pertenecer a una tierra donde el vino no es solo un producto, sino una forma de vida.
Toro, corazón de la Vendimia
La jornada se cerró entre bailes, risas y brindis. Nadie quiso perderse un evento que ya es referencia regional y nacional por su autenticidad. La concejala de fiestas se mostraba contenta con el desarrollo y la organización aunque ya sabemos que hoy es un día de calle y de mucho público de fuera también, estamos preparados pero este año parece que hay mucha más gente que el pasado y por ello estamos expectantes para cubrir cualquier eventualidad.
El II Desfile de Carros Engalanados 2025 ha vuelto a demostrar que Toro no solo conserva su historia, sino que la celebra con fuerza, alegría y participación.
Con una mezcla de emoción y nostalgia, los toresanos se preparan para seguir disfrutando de los festejos hasta mañana, en un fin de semana que vuelve a situar a la ciudad en el epicentro del vino, la tradición y la hospitalidad castellana.
Porque en Toro, la vendimia no solo se cosecha… se vive, se canta y se comparte.