Entre pintacaras, jardines verticales, gorros personalizados de chefs, pompones y bizcochos ha transcurrido una de las novedades de la XXI Semana Cultural de Fresno de Sayago. Este municipio, de poco más de 150 habitantes censados, se ha convertido este martes en sinónimo del resurgir del pueblo que en estos días puede llegar a triplicar su población

Cerca de cuarenta niños y el doble de adultos fueron partícipes directos de los talleres cooperativos dirigidos por la maestra Teresa Garrote. “A la sombra del moral” -en recuerdo al antiguo árbol que presidió durante décadas la plaza- ha logrado reunir a las nuevas generaciones para dar vida a un jardín vertical artificial y levantar una ficticia pared en piedra seca con los apellidos de las familias que residen habitualmente y los de las que en estas semanas de agosto impulsan la vida en el núcleo urbano.
Cuatro talleres rotatorios que han implicado a niños de los dos a los 14 años y a los que se han unido jóvenes, padres, madres y abuelos en un jornada de convivencia para el recuerdo.

Unos talleres que han sido posibles gracias a la colaboración de buena parte del pueblo durante el proceso de preparación y, especialmente, en el desarrollo de unos talleres en los que los niños se han convertido en los protagonistas absolutos.
En estos días en los que las bicicletas y los carros de bebé toman el control del pueblo, la Semana Cultural impulsada hace más de dos décadas por la Asociación de Mujeres del pueblo muestra el acierto de trasladar unos días festivos a estas fechas estivales que congregan a los descendientes afincados en buena parte del mapa nacional.