“1-1-2, Emergencias Castilla y León, dígame…” — contesta el operador del 1-1-2 a la llamada de emergencia de un alertante.
El alertante informa de que ha sufrido una caída en montaña. Al otro lado del teléfono, el 1-1-2 sigue el protocolo previsto para estos casos y se le formulan una serie de preguntas sobre el accidente, la localización…etc. La llamada se transfiere al médico de emergencias sanitarias presente en la sala 1-1-2 y, de forma simultánea, se remite la información al Centro Coordinador de Emergencias de Castilla y León (CCE), a los bomberos y a la Guardia Civil.
La maquinaria del CCE se pone en marcha, todas las capacidades y la máxima diligencia de sus profesionales para localizar de forma precisa cuanto antes a la persona que se encuentra en la montaña y coordinar los medios y recursos para proceder a su rescate.
El incidente queda calificado como rescate de montaña. El mismo calificativo que han recibido el año pasado 260 de los 1.040 incidentes gestionados por el CCE.
Rescates
En 2022 se coordinaron desde el CCE 265 rescates, 193 de los cuales fueron en zonas de montaña, 37 en medio acuático, 4 en cuevas y 31 en zonas de difícil acceso.
La cifra es ligeramente inferior a la de 2021, año en el que, a pesar de las restricciones a la movilidad a causa de la Covid-19, se alcanzó la cifra más alta de los últimos cuatro años, con 278 rescates gestionados (204 de montaña, 42 en medio acuático, 1 en cueva y 31 en zonas de difícil acceso). En 2020, año de más meses con restricciones a la movilidad, se llegó a los 184 rescates y en 2019 se contabilizaron 221.
En cuanto a los recursos que se movilizan desde el CCE en estos tipos de rescate, se cuenta con las capacidades de todos los organismos disponibles, priorizando por tiempos de intervención y capacidad, según la gravedad. También es habitual que se requiera la participación de equipos especializados de rescate de otras comunidades autónomas, así como organizaciones colaboradoras.
Además, en cuanto la situación lo requiere, por tiempos de acceso y gravedad, se añade la experiencia del Grupo de Rescate y Salvamento (GRS) de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, conformado por especialistas en rescate de montaña y zonas de difícil acceso, que llegan hasta la persona o personas que han de ser rescatadas en helicóptero. Al contar con un enfermero rescatador en el equipo de rescate, su intervención es vital en accidentes graves, ya que facilita las mejores condiciones sanitarias en el rescate en estos casos en los que el helicóptero de Emergencias Sanitarias SACYL no pueda acceder por las condiciones del terreno, situaciones en las que el grupo de rescate y salvamento realiza la extracción de la persona herida y la traspasa al helicóptero de los servicios sanitarios.
Mercancías peligrosas
El transporte de mercancías peligrosas, por ferrocarril o carretera, ha requerido la intervención del CCE en 185 ocasiones en 2022, cifra muy similar a la de 2021, año en el que el número de intervenciones fue de 183 y ligeramente superior a la de 2020 y 2019, con 154 y 157 intervenciones, respectivamente.
Los recursos que se movilizan desde el CCE habitualmente son la Guardia Civil y los bomberos profesionales, que permanecen en zona hasta que la mercancía puede reanudar la marcha.
En cuatro de los 185 incidentes gestionados por el CCE tuvo que activarse el Plan Especial de Protección Civil ante emergencias por accidentes en el trasporte de mercancías peligrosas por carretera y ferrocarril en la Comunidad de Castilla y León (MPcyl) aprobado en 2008. Este Plan se activa en el caso de que la protección de las personas, los bienes o el medio ambiente esté en peligro o pueda verse amenazada por los efectos derivados del incidente.
Búsqueda de personas
En 2022, el CCE coordinó la búsqueda de 168 personas, 22 menos que en 2021 (en 2020, 130, y en 2019, 188). Sin embargo, a diferencia de años anteriores, los operativos de las búsquedas en ese año debieron prolongarse durante más tiempo, lo que ha supuesto un incremento de las necesidades de personal y recursos en el CCE.
En la búsqueda de personas, merece mención especial la participación de los voluntarios y voluntarias de Protección Civil que acuden de forma ejemplar cuando la agrupación o asociación a la que pertenecen recibe el aviso del CCE requiriendo su colaboración. Castilla y León contó en 2022 con 2.790 personas voluntarias de Protección Civil integradas en agrupaciones y asociaciones de Protección Civil vinculadas a las entidades locales.
En los últimos meses del año, además, el CCE coordinó dos incidentes relacionados con la búsqueda de aeronaves siniestradas, una del servicio de extinción de incendios de la Xunta de Galicia que volaba con destino Córdoba, y una aeronave tipo ultraligero que realizaba un vuelo local en el aeródromo vallisoletano de Matilla de los Caños.
La búsqueda de ambas aeronaves requirió la coordinación de un gran número de medios, tanto aéreos como terrestres, un amplio operativo multidisciplinar coordinado desde el CCE, tanto desde su sede en el Hospital Militar como desde los Puestos de Mando habilitados en zona. Desde el CCE se coordinó el operativo con el Centro de Control del Servicio Aéreo de Rescate del Ejército del Aire (SAR), Comandancias de Guardia Civil implicadas y un amplio despliegue de medios y recursos autonómicos, medios aéreos de incendios forestales, agentes medioambientales, voluntarios de protección civil, bomberos, entre otros.
Incidentes sanitarios en lugar público
El número de estos incidentes en 2022 fue de 165, superior a los de años anteriores (156 en 2021, 137 en 2020 y 113 en 2019). En estos casos el incidente se produce en una zona con dificultad de acceso para los servicios de emergencia, lo que requiere medios especializados para la evacuación de la persona afectada. Los recursos que el CCE moviliza en este caso van desde la Guardia Civil o la Policía Local hasta el GRS de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.
Otros incidentes
El CCE también interviene en casos de personas desorientadas que llaman al 1-1-2, que en 2022 fue en 102 ocasiones; en incendios forestales fueron 31 las intervenciones del CCE durante el verano de 2022; meteorología adversa, con cinco episodios, incendios en industria (45), derrumbes de edificios, accidentes de parapente o globos aerostáticos, servicios básicos, incendios de vivienda con necesidad de evacuación... son otros incidentes que también han requerido actuaciones.
Práctica periódica de simulacros para la mejora continua del CCE
La resolución eficaz de todas estas emergencias exige una sólida coordinación de medios personales y recursos materiales y tecnológicos que se consigue con la práctica periódica de simulacros durante los que se recrean todo tipo de escenarios críticos. A lo largo de 2022 se llevaron a cabo 5 simulacros en los que participaron los profesionales, medios y recursos que se activan más frecuentemente en la resolución de las emergencias no sanitarias.
A todos los recursos y medios citados anteriormente hay que sumar el Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias, cuyos servicios son demandados por una autoridad cuando considera que las personas que se ven implicadas en un incidente requieren la asistencia de un psicólogo en el mismo momento de producirse el incidente. La intervención en las emergencias de este grupo psicológico especializado es posible gracias al protocolo que la Junta mantiene con el Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León.
La actualización continua de los conocimientos, habilidades y capacidades que han de aplicarse a la gestión de las emergencias no sanitarias supone avanzar de forma continua en la mejora de la operatividad del Centro Coordinador de Emergencias de Castilla y León.
2023, año de la cultura preventiva
Desde la Agencia de Protección Civil y Emergencias se insiste en la importancia de la autoprotección frente a los riesgos. Por este motivo, este 2023, año de la cultura preventiva, en el marco del Plan de promoción de la autoprotección de Castilla y León, un programa acercará la cultura de la autoprotección a los municipios más pequeños de la Comunidad. El servicio incondicional que presta el Centro Coordinador de Emergencias a la ciudadanía no debe ser un motivo de relajación de la obligación que toda persona tiene, según la Ley de protección ciudadana de Castilla y León, de adoptar actitudes y conductas responsables para su seguridad, la de sus familias, sus bienes y el medio natural en el que se desenvuelven. De esta forma, todos los ciudadanos pueden contribuir a que las emergencias no sanitarias que deba atender el CCE en 2023 lo sean en menor número que las atendidas en 2022.