La Junta de Castilla y León ha destinado 6.500.000 euros para aplicar las medidas de control frente a los focos de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) detectados en la Comunidad durante este año, según se informó este jueves en el Consejo de Gobierno.
Esta cantidad, que ha tenido que tramitarse por la vía de urgencia para poder dar respuesta inmediata a los focos confirmados, incluye únicamente gastos derivados del sacrificio de los animales y la destrucción de todos los medios de producción, así como la limpieza y desinfección de las explotaciones ganaderas afectadas.
Las medidas de control que deben aplicarse ante la aparición de un brote de esta enfermedad están legisladas en el ámbito comunitario y nacional, así como en los planes de contingencia aprobados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y tienen como fin evitar tanto su propagación como el impacto económico que pueda causar en el sector.
Las consejerías de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Sanidad y Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, trabajan de forma coordinada en un grupo de trabajo interinstitucional, en el que realizan el control y seguimiento de la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad declarados en Castilla y León. Además, se mantiene un contacto permanente con el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, en la adopción de las medidas necesarias para minimizar el riesgo de propagación de la enfermedad y proteger a las explotaciones
La Junta recuerda la importancia de reforzar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas con el fin de evitar el contacto con aves silvestres, así como de intensificar la vigilancia. Cualquier sospecha debe ser notificada de inmediato para posibilitar la detección precoz de nuevos focos y la adopción de las medidas necesarias que impidan la diseminación de la enfermedad.
Asimismo, se precisa que este virus no se transmite al ser humano a través del consumo de carne de ave cocinada, huevos o productos procesados derivados de ellos. En todo caso, se recomienda evitar el contacto innecesario con aves que presenten síntomas clínicos o se encuentren muertas en el campo.