"Año a año, finalizando los periodos de riesgo alto por incendios, las CC.AA. mandan a la cola del INEM a los profesionales de las brigadas forestales que se han dejado "la piel" protegiendo nuestros montes y pueblos del fuego". Tan crudo como real, así lo ha expuesto hoy UGT Bomberos Forestales a apenas cuatro días para que finalice la campaña de de riesgo alto de incendios forestales.
Tras de sí, los bomberos forestales y los peones que componen las cuadrillas de tierra regresan a la triste realidad que impone el fin de su contrato tras tres medidas dedicados "en cuerpo y alma" a la lucha contra los fuegos, este año marcados además en un momento en el que la vacunación contra el Covid-19 los puso en pie poco antes del inicio de la misma para lograr la adecuada protección durante sus arduas y peligrosas labores de lucha.
Una labor que, aseguran, no está recompensada a tenor de los nueve meses restantes que le esperan y en los que los que deberán volver a hacer cola y centrarse en la búsqueda activa de un trabajo estable para asegurar el nivel de renta suficiente que les permita seguirse manteniendo. Son pocos en cambio lo que han logrado cotizar lo suficiente para subsistir gracias a las ayudas del paro, los mismos que se quedarán durante todo el año realizando labores de mantenimiento en el campo.
A todo ello hay que sumar la falta de reconocimiento de la categoría profesional de bombero forestal, una exigencia que CCOO, UGT y CSIF llevan luchando desde hace años. Critican que, dos legislaturas después, el futuro laboral de estos profesionales continúa en el aire a expensas del Congreso. "Cuando ya pensábamos que en esta legislatura se iba a dinamizar el tratamiento de la ley, nos encontramos con la filtración en el tiempo con consultas públicas, consultas a los sindicatos, consultas a las Comunidades Autónomas sin que al final de todos los trámites la ley vea la luz".
Mientras, tanto, sólo queda agradecer la inmensa labor de estos profesionales que se han entrega y jugado la vida en fuegos que han puesto a prueba todo el engranaje, como es el caso de Navalacruz en Ávila, pero también el incendio de Carracedo o el de Muelas del Pan en Zamora.
