Atacó a su compañero de celda mientras estaba tumbado en la litera. Le echó lejía en la cara y el cuerpo le propinó cortes en el rostro, en la cabeza, la espalda y el tórax con la tapa de una lata de conserva doblada a modo de pincho. La agresión dejó al hombre con múltiples heridas, irritación y queratitis en los ojos.
Ante estos hechos que sucedieron el 25 de agosto de 2019, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de cuatro años de prisión a un interno del Centro Penitenciario de Soria. Además, deberá pagar una indemnización al perjudicado de 24.300 euros por las lesiones y las secuelas ocasionadas.
De hecho, los magistrados han expuesto su acuerdo con el razonamiento de la sala enjuiciadora tras una apreciación directa y personal de las cicatrices en el acto del juicio. Los múltiples cortes que sufrió la víctima en la cara, que le han dejado importantes cicatrices, justifican la aplicación del tipo de deformidad del artículo 150.
“La sentencia llega a la conclusión condenatoria valorando correctamente la prueba directa practicada (testifical de la víctima y de varios funcionarios de prisiones que se personaron en el lugar de los hechos inmediatamente), como igualmente los datos objetivos que se desprenden de los informes médicos y de la prueba documental forense, que se convierte en prueba apta para enervar el derecho de presunción de inocencia, y ello a pesar de que el acusado niegue los hechos”, ha señalado la Sala.