Día de emociones y encuentros para esta vecina de Santa Cristina de la Polvorosa, inseparable de su móvil, desde el que invitó personalmente a cerca de dos centenares de familiares y amigos
Nació en Santa Cristina de la Polvorosa, fue hija única y enviudó muy pronto, con tan solo 42 años. Desde entonces, una vida de mucho trabajo en el campo y en casa para sacar adelante a sus tres hijos, que le han dado hasta el momento nueve nietos y diez biznietos.
Los años han tratado bien a Guadalupe, sigue siendo una mujer activa. Aunque tiene muy buena movilidad, lleva muleta porque dice sentirse más segura desde que hace unos diez años se rompió la cadera. La gusta salir mucho a pasear, dice que le apetecería más estar sentada o echada pero que se tiene que obligar a salir a la calle a pasear porque sino llegaría a no moverse y eso es lo que no quiere.
Hasta hace muy poco era una apasionada lectora y una asídua de la biblioteca, leyendo un libro a la semana. Ahora la vista ya la dificulta la lectura y se entretiene más con la tele y sobre todo paseando y llamando a todos por teléfono, que dicen que no lo suelta ni cuando se va a la cama.
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