El entrenador pistacho celebraba un triunfo con palabras de elogio para los suyos que lo habían dado todo en el campo, incluso los lesionados Peli y Rodri que aportaron todo lo que pudieron pese a no haber podido completar ningún entrenamiento con sus compañeros. García Valiente se daba dos horas de descanso para celebrar el triunfo y después comenzaría el trabajo para intentar batir a Bidasoa.
"Ahora, mientras nos duchamos y cenamos vamos a disfrutar. Después nos pondremos a trabajar. Toda Zamora es testigo de la travesía que llevamos por el desierto. Sabíamos que el partido bueno tenía que ser hoy. Estamos en la final. Hay que felicitar a estos tios porque todo el mundo ha aportado. Esta victoria es para todos ellos" comentaba eufórico García Valiente minutos después de clasificar a su conjunto para la gran final.
El entrenador pistacho conocía muy bien a un Palma del Río al que no han permitido ir nunca por delante en el marcador: Llevábamos trabajando este partido mucho tiempo, sabíamos muy bien lo que iban a hacer ellos y hemos jugado bien en lo que estábamos físicamente fuertes. Luego, cuando estábamos cansados, hemos bajado pero hemos estado bien de cabeza para no perder muchos balones".
Para la victoria ha sido fundamental el trabajo de todos los hombres que han aportado, pese a estar muchos muy tocados. "Los minutos de todo el mundo han sido importantes porque este partido se ganaba una hora. Peli y Rodri han llegado sin entrenar, y cojos. Ahora a recuperar e intentarlo mañana. Bidasoa es el gran favorito porque no tenemos tiempo de recuperación y porque ellos tienen más rotación, pero a Bidasoa se le gana desde la cabeza. Ellos querrán jugar un partido rapidísimo" comentaba el entrenador zamorano.
Entre las claves del encuentro está, según García Valiente, no permitir nunca que Bidasoa rompa el marcador a su favor: "Si en algún momento del partido ellos rompen a una diferencia amplia será difícil remontarles, por lo que hay que intentar estar siempre en la horquilla de mas/menos tres goles para que no se nos vayan en el partido".
Por último, el entrenador zamorano quiso dedicar unas palabras para toda la afición que había poblado las gradas de Artaleku y especialmente a los suyos: "Pagaría por tener 2.000 almas animándome pero también pagaría por tener los 100 que tenemos y que nos acompañado hoy".
