“Estoy muy satisfecho por el resultado, porque creo que hemos sabido competir”, comenzó Mojón, reconociendo que el partido no comenzó bien para los suyos. “Nos repusimos a un mal inicio, sobre todo a una defensa que nos costó ajustar, con sus dos laterales entrando con mucha potencia hacia el centro”.
Una primera parte con ajustes constantes
Mojón reconoció que en los primeros minutos del partido, la defensa zamorana tuvo dificultades para frenar el juego canario, especialmente en el eje central. “Nos hizo mucho daño el pivote corriendo en sentido contrario, nos desajustaba mucho”, explicó el técnico, que también señaló la falta de acierto bajo palos como uno de los factores que obligaron a reajustar.
“La portería hoy no estuvo tan acertada como otros días y no tuvimos brazos —es decir, efectividad en los lanzamientos—, pero supimos ajustar, ser más profundos y presionar mejor a sus laterales”, afirmó.
En ataque, el equipo también mostró ciertas precipitaciones en los primeros compases. “Fallamos dos penaltis y aceleramos demasiado los lanzamientos. Eso nos generó un punto de ansiedad que por momentos nos sacó del partido”, admitió Mojón con honestidad.
El momento clave: frío, cabeza y rotaciones
Pero si algo destacó en el Zamora fue su capacidad para no venirse abajo. “Nuestro mayor valor fue mantenernos en el partido, ser fríos”, valoró el entrenador. Mojón elogió también el papel del banquillo: “Las rotaciones en la primera parte fueron clave para que llegáramos más frescos al tramo final. Supimos dosificarnos”.
Y fue precisamente ahí, cuando el partido pendía de un hilo, donde llegó el giro: “Faltando 10-12 minutos llegaron dos paradas clave de Pipe, dos buenos contraataques, buenas transiciones… y lo más importante: tranquilidad en ataque. El equipo tuvo muy buena cabeza”, subrayó.
“Nos queda el paso más duro y difícil”
La victoria deja al BM Zamora a solo un paso del ansiado regreso a la División de Plata. Pero Mojón no quiere euforias prematuras: “Ahora toca reponerse, descansar y prepararnos. Nos queda solo un paso… pero es el más duro y el más difícil”, concluyó.
Con un grupo unido, un pabellón entregado y una plantilla que ha sabido competir al límite, Zamora está a las puertas del éxito. Y lo hace con la cabeza fría y el alma caliente. Como le gusta a Mojón.