El MMT Seguros tumba el maleficio de Covadonga (25-30)

Los pistacho, que nunca habían vencido en casa de Covadonga, supieron sufrir al inicio cuando los locales más presión le ponían al partido y consiguieron mandar en el amrcador antes del descanso. En la segunda mitad, pese a los esfuerzos locales, que apretaron el partido hasta el final, los últimos minutos fueron mejor gestionados por un Balonmano Zamora que se abona al pleno.

Hubo que cambiar el guión y bajar a las trincheras, jugar de forma más "alocada" bombardear la defensa gijonesa sin tiempo para que los kilos de los asturianos fueran minando el potencial ofensivo del Balonmano Zamora. Hubo que hacer una guerra de desgaste.

Y eso que los primeros minutos fueron difíciles para los zamoranos que encontraron en octavio su salvador, no sólo por los goles, sino por el movimiento de balón que consiguió que llegara con fluidez a los extremos y que estos, muy acertados en el lanzamiento, consiguieran las primeras fisuras de la defensa de Covadonga.

Los primeros minutos fueorn de dominio local, mandando en el marcador, haciendo mucho daño a la defensa pistacho y obligando a los zamoranos a dar un poquito más para no perder el tempo del partido. Sin embargo, el desgaste que el equipo producía con su ritmo llevó a Covadonga a quedarse bastante vacio en el tramo final del primer tiempo y estar ocho minutos sin anotar, lo que permitió a los zamoranos irse al descanso con 11-14.

En el segundo tiempo el panorama cambió y tanto el criterio arbitral, con varias exclusiones a los pistacho, y una mixta a Octavio, permitieron a Covadonga acercarse en el marcador pese a los buenos minutos de Molina. Jortos, que había estado muy activo durante el partido, tuvo que retirarse lesionado, complicadno aún más las cosas al cuadro de Eduardo Garcia Valiente.

Se puso a dos Covadonga cuando restaban tres minutos, pero el Balonmano Zamora consiguió aguantar en la trinchera, agazapado, incluso contra el siete contra seis que puso, con portero jugador, el cuadro local en los últimos minutos. Pero ahí Camino y Rodri del Val supieron gestionar los nervios y matar un partido que permite a los zamoranos mantener el pleno. 

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