El Balonmano Zamora hizo una primera parte bastante pobre pero estuvo a punto de darle la vuelta al marcador en un segundo tiempo en el que, pese a seguir cometiendo errores fruto del cansancio, tuvieron un último lanzamiento para empatar el encuentro.
Si el balonmano, igual que el fútbol, es un estado de ánimo, el del Balonmano Zamora no pasa por su mejor momento. Las bajas le pesan demasiado en la cabeza a un MMT Seguros que, últimamente, es incapaz de hacer 60 minutos regulares, y eso es lo que más le daña a este equipo.
La primera parte de los pistacho fue muy pobre en ataque, con numerosos fallos y un ritmo de juego que no permitía que llegaran balones a los extremos, lo que atascaba a un conjunto que, además, permitía contraataques y goles fáciles a un Nava que no aumentaba la renta porque Maciel, una vez más, era un gigante en la portería.
La imagen del conjunto cambió por completo tras el descanso, pero a estas alturas de la temporada nadie regala nada y los zamoranos pese a cambiar totalmente de registro, no pudieron acabar de darle la vuelta al partido. El cuadro de García Valiente se puso muy pronto a uno o dos goles pero cada vez que paecía que podía darle la vuelta al electrónico, recibía una exclusión que le frenaba.
El acierto tampoco fue el mayor en el partido y, en los momentos más calientes, Alberto Miranda y los palos acabaron con las esperanzas zamoranas que, pese a ello, con un siete metros de Diego Reyes, se colaban en el último minuto con un gol de desventaja. La defensa hacía de las suyas y la última bola era pistacho. El lanzamiento de Molina, casi sin tiempo, era repelido por Miranda y nava daba un paso adelante para la salvación.
