Hay momentos que marcan los partidos y que pueden cambiar el rumbo de un encuentro y el Zamarat se encontró con una canasta sobre la bocina en el primer cuarto de Natalie Van den Adel que ponía el 20-16 y que pareció romper el encuentro. Fue sólo un triple lejano, casi desde su campo y que inundó de alegría a las naranjas que, a partir de ahí despegaron y jugaron a placer.
Se depslegó un vendaval naranja, comandado por Pirsic que fue imparable pajo el aro y estuvo muy bien comandada por el juego exterior el día que faltaba la tiradora zamorana. Aliaga, Van den Adel, Mariona y en alguna ocasión Dragana consiguieron buenos tiros exteriores que pusieron la diferencia cerca de los veinte puntos.
El encuentro fue plácido, con la grada divirtiéndose y con Bembibre incapaz de mostrar una actitud capaz de darle la vuelta al partido. Sólo Anna Gómez y las interiores parecían encontrar el camino a canasta y el Zamarat mantenía cómodamente una renta, siempre superior a los diez puntos y cercana a los veinte.
Entonces hubo otro momento que marcó la diferencia, cuando tras dos pérdidas zamoranas Bembibre apretó el electrónico a los 14 puntos y la sensación que se palpaba era la de un dejavu con los últimos encuentros de las naranjas. Apareció entonces Dragana para volver a abrir la brecha desde más allá del 6.75 y Laura Aliaga hacía lo propio segundos más tarde para instaurar una diferencia que ya no bajaría de los veinte puntos.